Cataluña
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado que acudirá, si es necesario, a los tribunales si aprecia que se ponen en cuestión los derechos políticos, económicos o a opinar de los ciudadanos de Castilla-La Mancha.
En un acto en Sigüenza, donde ha anunciado que la ciudad presentará candidatura para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el presidente castellano-manchego ha señalado que el derecho a la igualdad de oportunidades es "el eje central" de la Constitución española, por lo que ha reivindicado que "digan lo que digan", la soberanía corresponde a todos los ciudadanos de España y "nunca será posible que cuando se trate de decidir sobre lo de todos, pueda decidir solo una parte" y ha remarcado: "Pero nunca".
El presidente castellano-manchego ha señalado que este punto "no tiene nada que ver ni con las mayorías ni con las minorías", sino que es "de sentido común y forma parte de la bóveda de la Constitución", por lo que ha abogado por contar con "esa seguridad y esa confianza" y por "hacer esfuerzos para apartar el ruido".
En este sentido, ha apuntado que Castilla-La Mancha, como comunidad autónoma, también es un actor constitucional y por ello ha declarado "en público, para que lo exijan por si acaso" se echa atrás o "alguien lo pretende" que en el momento en que aprecie y entienda, como presidente autonómico -"no cuando algunos lo quieran utilizar"-, que "se ponen en cuestión los derechos políticos, a opinar o económicos" de los castellano-manchegos, actuará y acudirá, si es necesario, a los tribunales.
"Reclamaremos nuestros derechos porque no somos espectadores de lo que está pasando. Somos y queremos ser protagonistas porque ese es el papel que se nos ha encomendado y además es una forma de contribuir a nuestra propia cultura", ha afirmado García-Page.
Armas arrojadizas para obtener privilegios
García-Page ha apuntado que, en la actualidad, se utiliza el idioma, la cultura y las señas de identidad "en muchos casos ficticias" como arma arrojadiza con el único objetivo de "tener privilegios", si bien ha sostenido que "no ha habido en la historia de España un momento en que se pueda tener más libertad para pensar, hablar o actuar, en el idioma que se quiera" que el actual.
Por ello, ha considerado que "hoy es cuando menos está justificado en la historia de España que se pueda exhibir una bandera de un agravio cultural, que puede ser un pretexto o una coartada" para "no compartir o tener más". Sin embargo, ha advertido de que Castilla-La Mancha hará "una defensa de manera muy vigilante" de estos próximos años como comunidad autónoma, pues si bien ha admitido que la región "no pidió nacer" sino que "simplemente nació", ha subrayado que Castilla-La Mancha no nació para "ser una región que quisiera más, pero sí para no ser menos".