Caso Kitchen
Enrique Olivares se hizo pasar por un cura para acceder a la vivienda de los Bárcenas. El objetivo de esta operación era recuperar, en casa del ex-tesorero, los tres pendrives con información inédita sobre la financiación del Partido Popular; a través de los soportes informáticos que se encontraban en el domicilio.
Según informa Okdiario, fuentes policiales han asegurado que los autores del plan pagaron por adelantado 10.000 euros al delicuente para que accediera a la vivienda. Además, acordaron pagarle otros 40.000 euros si la misión terminaba como debía de ser: recuperar los documentos del Partido Popular, que afectaban directamente al Presidente del Gobierno por entonces, Mariano Rajou; a María Dolores de Cospedal y Javier Arenas.
Olivares siguió las indicaciones que los propios agentes le dijeron. El secuestrador, que fue previamente preparado por las instituciones policiales, acudió vestido de sacerdote a la vivienda donde vivían los Bárcenas con todos los pasos aprendido.
El asaltante entró al edificio haciéndose pasar por un cura de Instituciones Penitenciarias cuya misión era entrevistarse con el hijo y la mujer de Bárcenas para rellenar el formulario a fin de que le concediesen la libertad provisional.
En un descuido de ambos, Olivares aprovechó y sacó un revólver con el que amenazó y amordazó a Guillermo Bárcenas, hijo del extesorero; a su madre, Rosalía Iglesias; y a la asistenta, que en ese momento también se encontraba en el interior del hogar.
Finalmente, el hijo de Bárcenas consiguió deshacerse de las bridas que le mantenía inmovilizado y logró reducir al asaltante.
Olivares fue detenido y a los ojos de la familia Bárcenas resultó ser un tipo desequilibrado e inadaptado que lo único que perseguía era dañar la imagen del Partido Popular, cuando en realidad; era una persona preparada por los propios cuerpos policiales y perseguían un claro objetivo: deshacerse de los papeles de Bárcenas.