Operación Kitchen
El magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha acordado un careo entre el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y su ex número dos Francisco Martínez ante sus divergencias sobre los mensajes que supuestamente se cruzaron sobre la presunta operación de espionaje a Luis Bárcenas. "Dada cuenta de la importancia de los mismos (los mensajes) y la carga incriminatoria que poseen, atendidas las contradicciones entre las manifestaciones" de ambos, el juez considera necesario volver a citarles "para que comparezcan conjuntamente" en un careo, una decisión que ha adoptado de oficio en un auto.
Dos versiones
En su declaración, Martínez, tras registrar ante notario una serie de mensajes de texto y de whatsapp que supuestamente se cruzó con Fernández Díaz, dijo que el exministro estaba al tanto del dispositivo que se puso en marcha en 2013, aunque matizó que no se le llamó Kitchen y que él consideró que eran actuaciones legales en busca de las cuentas ocultas de Bárcenas en el extranjero. Al día siguiente el exministro negó conocer esa supuesta operación de espionaje, aseguró que no eran suyos los mensajes que le atribuía su número dos, y negó también que le hubiese pedido a Martínez que confirmase si el chófer de Bárcenas, captado como confidente, era colaborador policial, como el ex secretario de Estado había dicho la víspera.
El otro móvil
Como negó haber enviado tales mensajes, se pidió al exministro que entregase su móvil para buscarlos, si bien no se halló ninguno en el contacto "Paco Martínez" porque, según dijo, su anterior teléfono se rompió y adquirió otro en abril de este año. Por ese motivo, el juez le pide ahora entregar voluntariamente su móvil anterior, "con la finalidad de corroborar o descartar el envío de mensajes que fueron protocolizados por el Sr. Martínez".
Más declaraciones
En el auto, el juez cita como testigo a quien fuera director del gabinete de coordinación y estudios de la Secretaria de Estado de Seguridad, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, para preguntarle sobre la gestión y control de los fondos reservados -con los que supuestamente se pagó al chófer-, dado que Martínez hizo especial referencia a su papel "como responsable de la contabilidad de los fondos siendo la persona que, al parecer, verificaba el destino de los mismos". También cita de nuevo como investigado al comisario Marcelino Martín Blas tras recibir un informe policial que señala que el 25 de julio de 2013 se encontraba un vehículo de la Unidad de Asuntos Internos, de la que él era jefe, en las inmediaciones de un taller al que acudía la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, por lo que se concluye que se "realizaron labores de vigilancia" al inmueble, un "cometido totalmente ajeno" a dicha Unidad. Una de las agentes que iba en ese vehículo y que paró a repostar fue interrogada por la Policía, ante quien reconoció haber participado en labores de vigilancia relacionadas con Iglesias, tanto en el taller como en su domicilio, aunque matizó que no fue un operativo prolongado, según recoge el auto. Dijo que en una de esas vigilancias de su domicilio detectó la presencia de otro agente haciendo las mismas funciones, algo que le llamó la atención y que se lo trasladó al jefe de sección de vigilancias -quien ella dijo que encargó dichos servicios y a quien se los reportaban- y éste le comunicó que se trataba de un relevo. Ahora el juez ha citado a ambos como testigos.