Polémica
Nueva polémica con las adquisiciones rápidas de test para hacer frente a la urgente necesidad de realizar la prueba al mayor número de personas posible. Y sobre todo a los que están trabajando en zonas sensibles, particularmente hospitales. Tampoco funciona la segunda tanda que llegaron de China para reemplazar a la primera tanda defectuosa: 640.000. Siguen sin tener la sensibilidad necesaria para resultar fiables.
El Gobierno ha optado finalmente por pedir que le devuelvan el dinero. Fueron adquiridos en marzo a la empresa china Shenzhen Bioeasy Biotechnology –que no está en la lista de proveedores recomendados por el Gobierno chino–. Las restricciones a la transparencia puestas por el Gobierno en estas acciones impiden saber el coste de la partida, tampoco lo ha publicado el departamento de Sanidad que dirige el ministro Salvador Illa.
Es la segunda vez que Sanidad tropieza con la misma empresa. Bioeasy envió una partida de muestras a España. Fue analizada por el Instituto Carlos III, centro de referencia para homologar test, donde no se los consideró válidos al no contar con la sensibilidad necesaria para detectar anticuerpos contra la Covid-19. Lo mismo que ocurrió con la primera partida de 58.000 test rápidos enviados en marzo (del total de 640.000) a través de un intermediario nacional, cuyos datos tampoco se han hecho públicos. Las pruebas tenían una sensibilidad ante el virus del 30%, cuando según las especificaciones esta debe superar el 80%.