Diálogo Gobierno-Generalitat
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha dicho que "el Gobierno no ha cambiado de posición" al ser preguntada por la rectificación sobre su disposición a constituir la mesa de diálogo con la Generalitat antes de las elecciones, horas después de apostar por posponerla. "No creo que el Gobierno haya cambiado de posición", ha respondido en RNE González Laya, que ha subrayado que se "sigue manteniendo una línea clara, que es buscar un diálogo con Cataluña". Ha incidido en que "lo que sí ha cambiado es la situación política", donde se ha llegado al fin de la legislatura y hay una discusión "más o menos simpática" entre las fuerzas catalanas. "Eso tiene una onda expansiva en el diálogo que tiene pensado establecer este Gobierno en el tema de Cataluña, pero la voluntad y el objetivo se mantiene: discutir, dialogar, debatir como modo para resolver nuestras diferencias", ha recalcado.
Para la oposición, en manos de ERC
La portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha aseverado que los líderes de ERC Gabriel Rufián y Oriol Junqueras "sí amenazaron al Gobierno" con sus declaraciones sobre la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y el catalán. "Y lo peor no es eso, lo peor es que el Gobierno cede al chantaje de los golpistas, y las amenazas surten efecto sobre un presidente de paja", ha afirmado durante su intervención en Valencia en la clausura de la Interparlamentaria del PP de la Comunidad Valenciana. En su opinión, ayer se vivió "un capítulo más en el proceso de degradación de las instituciones", primero cuando el Gobierno de España anunció que aplazaba la mesa de diálogo "sobre cesiones" a después de las elecciones catalanas, y luego cuando "se plegó a las presiones" de ERC.Para Inés Arrimadas, un Gobierno en La Moncloa que tiene dentro a un partido "populista" como Podemos y que está apoyado por independentistas, hasta tal punto, ha subrayado, de que el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, "está marcando el rumbo", le lleva a anteponer la utilidad y el intento de prolongar la llamada "vía 221", en alusión a su propósito de juntar en el Congreso los escaños del PSOE, del PP y de Cs para, desde este espacio, facilitar el nuevo Gobierno.