PEDRO, 'EL RENACIDO'
Antes de ser militante, de ser diputado y antes de perderlo todo y de volverlo a recuperar, mucho antes de que entrara en el hemiciclo del Congreso de los Diputados para la moción de censura, si echamos la vista atrás, nos encontramos con un Pedro Sánchez que afirmaba que era "más de baloncesto que de fútbol", decía, y era más que una afición.
Sánchez jugó en el Estudiantes y quizá por eso le ha gustado ir paso a paso, partido a partido. La suya en el PSOE ha sido una carrera llena de derrotas, consecutivas, insistentes, pero también de victorias.
Auge y caída en cuatro actos. Desde el principio, él arrasa en las primeras primarias con el apoyo de Susana Díaz. Pronto ella se convertiría en su principal enemigo. Pierde su respaldo, el de Zapatero, el de Gonzalez y el de muchos barones. Casi al mismo tiempo las urnas, autonómicas y generales, hunden al PSOE. Pero Sánchez mira hacia otro lado e insiste: "nadie me dijo que esto iba a ser fácil".
Trata por todos los medios de pactar y llegar a la Moncloa, pero fracasa. Por la presión interna, termina dimitiendo como secretario general. Para no hacer presidente a Rajoy renuncia a su acta de diputado. Y lo que sonaba a derrota final, no lo fue.
Con el 'no' al PP se gana a las bases. Con todo en su contra, Susana Díaz la primera, vence a la presidenta andaluza en las primarias: en la primavera del año pasado, los militantes le devuelven el cargo de secretario general. Sin aparentes voces críticas desde entonces, con menos de 90 escaños y sin sillón en el Congreso, Sánchez ahora va camino de encestar el ultimo triple. Para el resultado de este ultimo partido no falta demasiado tiempo.