SE INSTALARÁ EN WATERLOO
Desde que Carles Puigdemont huyó a Bélgica ha cambiado constantemente de refugio y, en solo tres meses, se ha alojado en varios sitios por todo el país. El primer lugar fue un hotel en el centro de Bruselas, donde tenía pensado quedarse pero al ver que los periodistas habían descubierto su escondite decidió irse de allí.
Del hotel Chamborde se fue a otro de cuatro estrellas y, de allí, a un apartamento en Lovaina que cuesta 2.500 euros al mes. El expresidente de la Generalitat también se ha alojado en una lujosa mansión, valorada en 900 mil euros, aunque en esa ocasión, se la habría prestado un empresario amigo suyo. Además, desde su huida de España, Puigdemont también ha viajado a Copenhague, a Brujas y a Gante.
Al gasto de estos desplazamientos y estancias habría que añadir los gastos del día a día durante estos tres meses y los honorarios de su abogado que cobra más de 500 euros la hora.
Lo que está captando ahora la atención de los medios es la última elección del político catalán para vivir: una lujosa mansión de 500 metros cuadrados en la localidad de Waterloo, a 20 kilómetros de Bruselas, por la que va a pagar 4.400 euros al mes. Tiene seis habitaciones, tres baños, garaje para cuatro coches y un jardín de 1.000 metros cuadrados.