Dos años del referéndum independentista: ¿Qué pasó el 1 de octubre de 2017?

Días antes del propio 1 de octubre, las autoridades ya se preparaban para la jornada. En concreto, el 20 de septiembre fue uno de los días más complicados para el independentismo, ya que arrancó con una serie de registros en las diferentes 'conselleries' y multitud de detenciones. La comisión judicial se vio rodeada por una concentración de independentistas. En medio de una gran tensión, al final se decidió que salieran por otro edifico. Varios coches, algunos de la Guardia Civil, resultaron destrozados.

Los registros continuaron hasta alcanzar una imprenta, en Bigues i Riells (Barcelona), donde encontraron millones de papeletas impresas con el 'sí' y el 'no' para la consulta popular, además de otro material electoral.

Otra de las polémicas previas fue la ampliación del despliegue de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña. Su alojamiento en barcos, algunos con dibujos de personajes infantiles, provocó chanzas de todo tipo. En hoteles y hostales fueron objeto de acoso.

Durante el fin de semana previo al 1-O numerosos independentistas ocuparon muchos colegios donde se iba a votar para que las fuerzas de seguridad no pudieran cerrarlos.

• 5:30 h. Decenas de personas comienzan a hacer cola en los colegios de Cataluña para impedir que los cierren. Media hora después, los Mossos d'Esquadra empiezan a desalojar y precintar los centros de votación. A partir de las 7:30 empiezan a llegar las urnas, pero poco después el govern se acoge al censo universal -se puede votar en cualquier centro- y abandona una posible cobertura legal del 1 de octubre.

• 9:00 h. Finalmente abren los colegios y centros de votación, y al mismo tiempo se producen los primeros incidentes. Ante la pasividad de los Mossos a la hora de desalojar, las fuerzas de seguridad del Estado comienzan a actuar. La Policía Nacional activa su operativo y entra por la fuerza en el colegio donde tenía previsto votar Carles Puigdemont. La Guardia Civil tumba el sistema informático que recogía los datos de las votaciones.

• 10:00 h. Puigdemont puede votar, burlando los controles establecidos -con la ayuda de los mossos- en el colegio donde estaba previsto que votara. Otros miembros del gobierno catalán publican sus respectivas votaciones y hacen declaraciones. Ante la tensión violenta en las calles, el entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, culpa a Puigdemont de ser el único responsable de lo que sucede en Cataluña. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, dice que lo que ha tenido lugar no es ni un referéndum ni tiene apariencia de tal.

• 11:00 h. La tensión ya se ha elevado, y comienzan a producirse choques violentos entre policías que intentan desbordados hacer cumplir la orden judicial de impedir la votación y los manifestantes, unos en las calles y otros bloqueando la entrada de las fuerzas de seguridad en los centros de votación. Las escenas violentas se suceden en numerosos puntos de Cataluña a lo largo de todo el día. En algunos casos policías y guardias civiles se encaran con los mossos que les impiden el paso.

• 16:00 h. El partido de fútbol entre el FC Barcelona y la UD Las Palmas, cuya suspensión se puso sobre la mesa por parte del club, acabó disputándose a puerta cerrada, tras múltiples discusiones.

• 20:00 h. El consejero Jordi Turull anuncia que todo aquel que a las 20:00 no haya logrado votar, podrá hacerlo más tarde. En las calles, los incidentes no cesan: seis personas son detenidas, y casi 800 han resultado heridas. Al final de la jornada el balance definitivo de heridos crece y se aproxima al millar, aunque la discrepancia sobre el número real de heridos y contusionados será una de las muchas polémicas del día entre el gobierno central y la Generalitat.

• 20:30 h. Poco después del cierre de los centros de votación comparece el entonces presidente del Gobierno. Mariano Rajoy valora el referéndum y agradece a los jueces y fiscales por aplicar la ley "a pesar del acoso". Pedro Sánchez, se desmarca del ejecutivo y manifiesta su "profundo desacuerdo" con las cargas policiales. Por su parte, Puigdemont insiste: "Nos hemos ganado el derecho de un estado independiente".

El pulso político continuó durante los próximos días. Los independentistas organizaron numerosos escraches durante la salida de las fuerzas de la seguridad del estado de sus alojamientos. Después, además del enfrentamiento político, se inició en múltiples frentes el judicial.