EN L'ESCALA, GIRONA
Un concejal del PDeCAT en el Ayuntamiento de L'Escala (Girona), Martí Guillem, ha dejado el cargo a consecuencia de las críticas que ha recibido tras permitir una exhibición militar en el cámping que dirige y de que se haya cuestionado su afinidad al proceso independentista.
Guillem ha comparecido ante los medios de comunicación visiblemente molesto por los "insultos" que se han vertido en su contra, "especialmente a través de las redes sociales", y ha considerado que la situación responde a que se han "polarizado las posiciones a causa de la situación política".
El director del cámping Illa Mateua, que mantiene por el momento su afiliación al PDeCAT, ha explicado que, en el momento actual en Cataluña, "cualquiera que discrepe o tome un posición que pueda ser interpretada como españolista" puede ser "objeto de linchamiento".
"No estoy de acuerdo con esta polarización, pero es lo que tenemos y, para cambiar este clima, democracia y tolerancia son las palabras clave", ha añadido Guillem.
Guillem ha asegurado que, "hasta ahora", no había percibido una fractura social en Cataluña y que él era de los que lo negaba "pero, vistas las reacciones de las redes sociales, si no hay fractura sí hay un cierta grieta".
El hasta hora concejal en L'Escala ha destacado que sus apellidos son Guillem y Sureda, "que no tienen sospecha de no ser catalanes según los estándares actuales de catalanidad".
La exhibición, que incluía también una conferencia y un exposición de material de transmisión, ambulancias y visión nocturna, tuvo lugar el pasado viernes y, el sábado, presentó la dimisión, que le fue aceptada, porque ha sido "algo que no ha sentado bien a la sociedad".
Martí Guillem ha defendido su relación con el Ejército, que tiene presencia histórica en L'Escala, así como con la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra, y ha puntualizado que no ha recibido presiones desde el PDeCAT para abandonar su cargo.
"He sido víctima de la situación política y habría que hacer una reflexión, porque no es la primera vez", ha afirmado Guillem, para quien sería necesario analizar el proceso soberanista y ver "si un clima menos maniqueo podría sumar más gente".
Para este político, "seguramente habrá gente que se habrá dado cuenta que es mejor bajarse" del proceso, y ha insistido en que "algo se tiene que estar haciendo mal" cuando una cosa "tan intrascendente" ha suscitado tanta atención mediática.