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Decepción en Bruselas por la ruptura de las negociaciones entre PP y PSOE sobre el CGPJ: "Es una prioridad"

La reforma del delito de sedición del Gobierno ha alejado toda posibilidad de un acuerdo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo para renovar la cúpula del Poder Judicial. Los socialistas culpan a los populares de usar "una nueva excusa" y el PP apunta que solo pactaran "con otro PSOE". Mientras, desde Bruselas, les recuerdan la importancia de esta decisión.

Decepción en la Comisión Europea ante la ruptura de las negociaciones entre PSOE y PP para la reforma del Consejo General del Poder Judicial. La noticia saltó este jueves a última hora de la noche después de que pareciera que las conversaciones estaban a punto de llegar a un acuerdo. Al conocerlo, desde la Unión Europea han expresado su malestar, sobre todo después de que el comisario de Justicia, Didier Reynders, viajara a España hace muy poco y urgiera a la renovación del Poder Judicial, incluso poniendo una fecha límite.

Desde Bruselas aseguran que está en contacto con las autoridades españolas e insisten en que es un tema "prioritario" para reducir la influencia del poder legislativo y ejecutivo en el poder judicial.

La llamada de la ruptura

Tras cuatro años, Partido Socialista y Partido Popular prometieron que las conversaciones para la reforma del Consejo General del Poder Judicial se retomaba de nuevo, pero esta vez para negociar "en serio". El silencio y las buenas voluntades se han mantenido intactas durante casi tres semanas. Pero todo ha saltado por los aires cuando el acuerdo parecía hecho. A última hora de la tarde del jueves, el PP anunciaba en un comunicado que suspendía las conversaciones entre Sánchez y Feijóo. Lo hacía después de que el líder de los populares corroborase personalmente vía telefónica que el presidente de Gobierno mantenía sus intenciones de rebajar del delito de sedición con el apoyo de sus socios nacionalistas e independentistas. Una hora después, el PSOE contesta al PP acusándoles de utilizar una "nueva excusa" para romper las negociaciones y les exigían que cumplan con la Constitución.

Las versiones de esa llamada entre los dos líderes y las horas previas a la ruptura son muy diferentes. Tanto que desde el Gobierno aseguran que el acuerdo estaba “tan hecho” que tenían incluso “fecha para cerrar el acuerdo”. Eso mismo apuntaba desde Sudáfrica Pedro Sánchez poco antes de que las negociaciones explosionasen. “Solo falta dar una respuesta política. El gobierno dice sí de forma rotunda”, explicaba Sánchez. Los populares lo negaron al momento y lo mantienen ahora tras lo ocurrido. “Es falso que estuviera cerrado, quedaban flecos y flecos importantes”, según los detalles de la portavoz del partido en el Congreso, Cuca Gamarra, durante una entrevista en televisión.

Según Moncloa, lo único que faltaba era firmar. Y tanto es así que desde el ejecutivo mantienen que había ya dos fechas reservadas en la agenda del presidente Sánchez para verse con el líder popular, Alberto Núñez Feijóo. “La ruptura se produce de una manera extraña, porque en la conversación entre ambos quedan en verse la semana que viene, el 2 de noviembre”, relata Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y principal negociador de Sánchez. Este sostiene que Feijóo nunca anuncia a Sánchez que las conversaciones quedasen congeladas. “Nosotros nos enteramos una hora después, con el presidente volando, aunque él ya vio que parecía que no iba a aguantar las presiones”, ha explicado.

Sedición, el punto del desencuentro

El Gobierno, sorprendido ante lo ocurrido, mantiene que la reacción del Partido Popular es “otra excusa, una más” porque su postura ante futuras reformas del Código Penal siempre nunca ha variado. “Nosotros hemos dicho lo mismo en público y en privado desde hace años. No ha habido ninguna novedad en las últimas semanas o meses”, reitera Bolaños. De hecho, hace solo una semana el presidente Sánchez reconocía desde Bruselas su "compromiso de que, si existe una mayoría parlamentaria para la reforma (del delito de sedición), se cumplirá con unas de las promesas de la investidura".

La portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, llegó a afirmar claramente esta semana en una entrevista en Espejo Público, que ese propósito del Gobierno no interfería en las negociaciones. “Son dos cuestiones distintas. Dos cuestiones donde el Partido Popular tiene un papel diferente”, dijo a Susanna Griso. Pero su postura cambia, según la versión de los populares, al escuchar las palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en sede parlamentaria reconociendo que el ejecutivo llevaría al Congreso la reforma del Código Penal y después de que Feijóo constatase de nuevo horas después en su llamada con Sánchez.

"En minutos, firmamos" pero "no con este PSOE"

Así las cosas, Alberto Núñez Feijóo, da por muerta la negociación aunque asegura que no se ha levantado de la mesa. “Si el Gobierno quiere acuerdo, nosotros seguimos sentados en la mesa”, ha dicho este viernes. Sin embargo, para pactar da a elegir a Sánchez entre negociar con los constitucionalistas o con los independentistas. “Entiendo que un presidente no puede abarcar las dos cosas. Tiene que decidir”, dice Feijóo y apuntilla: “Sé que los ciudadanos añoran acuerdos y pactos de estado. Yo también, créanme. Estoy seguro de que llegaran. Con este PP y con otro PSOE”.

El Gobierno no cierra la puerta a nada, pero deja la pelota en manos de los populares. “Si quisieran en minutos, firmamos el acuerdo”, asegura el ministro Bolaños. Y, para cerrar el debate, añade que Feijóo ha perdido "todo su crédito" y que su postura solo es el inicio de su "declive" como líder del Partido Popular.

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