CASO BÁRCENAS
Luis Bárcenas era todavía senador por Cantabria cuando en 2009 se sentó por primera vez ante un juez. Era la primera de muchas veces que estaría en el banquillo negándolo todo: "Vengo a aportar pruebas de mi inocencia".
El PP, por aquel entonces, aún pagaba su defensa judicial, no era uno más, era el tesorero del partido. Pero como responsable de las cuentas dimite casi al mismo tiempo que de su cargo de senador. El Tribunal Supremo cerró su causa pero la Audiencia Nacional lo reabrió.
La sospecha de la caja B y de que él la manejaba se concretó cuando sus famosos papeles ven la luz, unas anotaciones manuscritas con supuestas cantidades recibidas y repartidas fuera de la contabilidad oficial. Mariano Rajoy lo negó: "Es falso".
El PP intentó alejar la sombra de su extesorero apartándolo de la organización. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, intentó explicar que su salida había sido pactada "con una indemnización en diferido", asunto que Bárcenas no desmintió para no contradecir la versió noficial: "Ni existe ni ha existido una libreta secreta".
Dos años después cambió de idea: "La caja B es la del Partido Popular, no son los papeles de Bárcenas". Un evidente cambio de opinión en el que quizá influyera su paso por la cárcel y los millones que aparecen a su nombre en Suiza.
Nada más entrar Bárcenas filtró los SMS que Rajoy le envió meses antes: "Luis, sé fuerte", le decía.
Tardó 19 meses, pero al salir de la prisión de Soto del Real, le devuelve el mensaje: "Le he hecho caso y he sido fuerte". Partido y extesorero caminan ahora por caminos opuestos.
El PP defiende que echó a los corruptos y que Rajoy pidió perdón: "Me equivoqué". Bárcenas insiste en que muchos de sus excompañeros se beneficiaron de la caja B.