CATALUÑA | ACUERDO ENTRE LA CUP Y JUNTS PEL SÍ
La CUP ha exigido este miércoles al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, "un paso claro hacia la ruptura" antes del 10 de enero de 2017 o los anticapitalistas romperán el acuerdo con JxSí que sustenta el Govern.
Reclaman un paso "palpable que vire también en el discurso público y político de contención", en un texto de la Comisión de Documentos de la Assemblea Nacional del partido, y que han enviado a las asambleas territoriales para que dibujen los ejes de esa asamblea, ha informado la CUP en un comunicado.
Si JxSí no da el paso en esa fecha, la CUP prevé una Conferencia Nacional que inicie el "proceso de denuncia del fraude de los 12 meses de Govern de JxSí, y el inicio de un cambio de paradigma".
El texto, elaborado con las inquietudes recogidas precisamente en las asambleas territoriales, pide que desde esa fecha se cree un observatorio público de seguimiento del Govern para que cada mes se realicen aspectos que creen que el Govern debe tener desarrollados, y "alzar la voz cada vez que no se cumplan los plazos".
Con ese órgano, la falta de cumplimiento de la resolución independentista del Parlament de noviembre por parte de JxSí se haría patente un par de meses antes de los 18 meses de legislatura previstos: "Sería necesario entonces formalizar el final del acuerdo y explicar todos los puntos del incumplimiento de manera pública".
Además de estos gestos que exigen a JxSí, les colocan líneas rojas para mantener el acuerdo, que sitúan en "la no vulneración fehaciente de los principios políticos" de la CUP y en no dar ni un paso atrás en la construcción de una república catalana, y prometen apoyar todas las iniciativas de avance en el eje nacional y social.
El texto aclara que, un mes antes de ese supuesto, la CUP prevé anunciar una nueva estrategia política que se trabajará de enero a abril de 2017, para hacerla pública en mayo.
La CUP considera que JxSí hasta ahora "no ha hecho ningún esfuerzo práctico y concreto para aplicar" la resolución independentista: "Los trabajos para las tres leyes de la desconexión parecen avanzar --muy despacio-- pero no parece haber voluntad real de ruptura", y recuerda que tampoco se han aplicado medidas del plan de choque social.
Considera que el proceso popular hacia la independencia está ante la disyuntiva de si avanzar hacia la ruptura democrática quedándose estático o bien con un proceso de "destitución del Estado, sus instituciones y los límites e imposiciones de la austeridad neoliberal".
Y acusa a CDC de elegir la primera opción: "Recluirse en el autonomismo en nombre del principio de seguridad jurídica y caer en el procesismo estático".