Atentados de ETA
La bomba, colocada junto a la puerta de su vivienda, se activo cuando salían pero no llegó a explotar. Ocurrió en San Sebastián, en noviembre de 2000.
"Han pasado 24 años y 15 días", recordaba el periodista Juan Francisco Palomo en la entrada de la Audiencia Nacional, en Madrid. Más de dos décadas han sido necesarias para sentar en el banquillo a los cuatro terroristas de ETA que intentaron matarle a él, a su esposa y a su hijo, de 18 meses, en la puerta de su casa, en San Sebastián.
"Sí, lo reconozco todo", han sido las escuetas palabras de los acusados ante el tribunal. Han reconocido que en aquella fecha formaban el comando Gaua, de ETA, y que cometieron este atentado. La bomba falló pero su onda expansiva perdura 24 años después.
"Cuando abrí la puerta oí lo que me pareció un petardo, vi una maceta sobre el felpudo y me di cuenta que pasaba algo; le dije a mi mujer que se fuera hacia el fondo de la casa y yo llamé a la Ertzaintza". Así narraba ante el tribunal lo ocurrido aquella mañana del 10 de noviembre de 2000 Juan Francisco Palomo, periodista de Antena 3. La maceta contenía una potente bomba. "Se activó pero no detonó -ha explicado en el juicio un experto en explosivos-. Con la cantidad de explosivo que tenía y su configuración direccional hacia la puerta de la vivienda, si se hubiera producido la explosión las personas que se encontraban en la vivienda hubieran fallecido casi con total probabilidad". Esas personas eran, además de Palomo, su mujer, Aurora Intxausti, periodista del diario El País, y el hijo de ambos, de 18 meses.
El sonido que oyó el periodista fue el detonador del explosivo. Eso sí funcionó al abrirse la puerta de la vivienda, pero falló la conexión con el explosivo. "Se produjo lo que denominamos una activación incompleta del artefacto", explicaba el mismo perito de explosivos. La bomba estaba en una cazuela dentro de la maceta, orientada hacia la puerta de la vivienda. Contenía 2,5 kilos de metralla y 2,3 kilos de explosivo 'Titadine'. Suficiente para destrozar todo el inmueble.
Patxi Javier M.A., Jon Z.A., Imanol M.V. y Asier G.J. han reconocido ser los autores de ese atentado. Es algo que es habitual en los últimos juicios contra miembros de ETA en la Audiencia Nacional. La Fiscalía pide para cada uno de ellos 73 años y medio de prisión, con un máximo de cumplimiento efectivo de 30. Además de cinco años de alejamiento de las víctimas una vez fuera de prisión. Los cuatro cumplen ya condena por otros atentados de la banda terrorista, pero están en libertad. El comando fue desarticulado por la Guardia Civil en 2001.
El momento de vera los acusados entrar caminando en libertad por la puerta de la Audiencia Nacional, en lugar de en los habituales furgones de traslado de presos, ha sido especialmente duro para las víctimas del atentado. Nos lo contaba así Juan Francisco Palomo: "Ha supuesto sufrimiento. Estas personas intentaron matarnos, intentaron matar a mi mujer, a mí y a mi hijo. ¿De qué os ha servido? ¿Para qué ha servido todo esto? Este intento de matarnos y todas las muertes que han quedado en el camino, los secuestros, todo el sufrimiento no les ha supuesto nada, sólo ha supuesto sufrimiento para todos".
El atentado obligó a cambiar la vida del matrimonio. La alternativa era quedarse en San Sebastián criando a su hijo con dos escoltas permanentemente cada uno de ellos o cambiar de ciudad. Palomo e Intxausti se marcharon a Madrid. "Pero no sólo cambió nuestra vida, cambió la vida de todos los periodistas del País Vasco que no apoyaban a ETA, Amigos tuvieron que ponerse escolta. Llegar a Bilbao o San Sebastián para nosotros era terrible", explicaba la periodista de El País, antes de añadir: "Hoy, 24 años y 15 días después, sigo medicada". "Mi padre sufría del corazón y falleció dos años después. Su funeral estuvo rodeado de ertzainas", añadía Palomo.
La investigación del atentado llegó a archivarse de forma provisional sin tener pruebas contundentes para acusar a nadie, aunque las sospechas ya estaban sobre los ahora procesados. Fue la entrega en 2018 por parte de Francia de documentación incautada a la banda en aquel país lo que permitió encontrar los papeles necesarios para reabrir el caso cuando ya faltaba poco para que prescribiera. Así lo ha explicado un guardia civil en el juicio. ETA ya había reconocido la autoría del atentado, pero faltaba incriminar a los autores materiales. "Amenazas directas no habíamos recibido, pero todos los periodistas en el País Vasco nos sentíamos señalados", explicaba Palomo ante los jueces. "Yo no me sentía amenazada", añadía Intxausti, pese a haber sido señalada en algunas publicaciones del entorno etarra y pese a una pintada insultante en su contra cerca de su domicilio.
El reconocimiento de los hechos por parte de los acusados ha hecho que el juicio apenas haya durado hora y media. Parecía poco en comparación con los 24 años que ha costado llegar hasta aquí. Ahora ha quedado ya visto para sentencia.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com
Puedes ver el informativo completo 'Noticias 1' en Atresplayer.