Guerra interna en el PP
Espionaje, contratos irregulares y expedientes informativos, así se ha gestado la ruptura entre Génova y la presidenta madrileña.
4 de mayo de 2021, Isabel Díaz Ayuso arrasa en las elecciones autonómicas de Madrid. Supera a toda la izquierda y quintuplica a Vox. "El 'sanchismo' no entra en Madrid", dice entonces. A su lado y celebrando su victoria, el líder nacional del Partido Popular, Pablo Casado.
Ayuso tiene el poder en Madrid, pero no en el PP de Madrid. Solo 4 meses después de vencer en las autonómicas confirma que quiere presidir también el partido en la comunidad. "Soy mujer y puedo hacer dos cosas a la vez", matiza en aquel momento.
Guerra abierta en el PP
La presidenta pide adelantar la convocatoria del congreso del PP de Madrid para que se pueda escuchar "la voz de los afiliados". Sin embargo, este anuncio coge a Génova por sorpresa. "No me llamó para contármelo", confiesa el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
La dirección nacional decide entonces mover ficha: "Está el alcalde y está la presidenta, dos militantes muy cualificados", advierte en ese momento Casado.
El objetivo es evitar que el debate sea público: "A poca gente de la calle le preocupa los problemas internos de los partidos", deja claro el secretario general, Teodoro García Egea.
Contratos 'a dedo' y espionaje
No obstante, el detonante de la batalla interna, según la versión de Génova, es la adjudicación irregular de contratos relacionados con el hermano de Ayuso. Un asunto que llega también a la Asamblea de Madrid.
"Dedíquense ustedes al hermano de la señora Ayuso, que sí que se dedica a ir por los hospitales a sugerir a las unidades de contratación a qué empresa hay que contratar". Por estas palabras, la diputada del PSOE Carmen López termina siendo expulsada de la sala.
La guerra se va solapando con breves periodos de tregua como el Congreso de Valencia y los actos de campaña de las elecciones de Castilla y León para apoyar al candidato Alfonso Fernández Mañueco.
Sin embargo, la tregua dura poco. Ayuso vuelve a pedir fecha para el Congreso y Génova responde que nadie debe anteponer "sus intereses personales" a los del partido. Es la cronología de una guerra abierta que este jueves ha estallado entre acusaciones de espionaje y la apertura de expedientes informativos.