Inmigración
Esta es la mayor crisis diplomática a la que nos hemos enfrentado en décadas y aún no ha terminado, y también a una crisis humanitaria. Nunca habíamos visto tanta tensión en la frontera como estos días. Lo hemos resumido así.
La crisis migratoria de Ceuta y Melilla, generada a raíz de la acogida en España del líder del Frente Polisario y presidente de la República Saharaui Democrática, Brahim Gali, es una situación sin precedentes entre las tensiones permanentes generadas entre España y Marruecos. Gali había sido atendido el 22 de abril en el Hospital de Logroño al estar contagiado de coronavirus. Al trascender esa entrada a España del líder saharaui, el Gobierno la justificó por "razones humanitarias" y Marruecos manifestó su malestar por no haber sido informado y por las formas en las que fue trasladado a España, no tardó en llamar a consultas al embajador español.
Fue el germen de la escalada de tensión y entrada sin precedentes de inmigrantes a lo largo de esta semana. Ha sido a última gran entrada y la de mayores dimensiones que se recuerda ha sido la incursión en territorio español de al menos 8.000 inmigrantes marroquíes en Ceuta a nado, sorteando el espigón de El Tarajal, o saltando la valla. El efecto contagio se hacía notar poco después en Melilla, en donde numerosos migrantes intentaban entrar en España, muchos adultos, pero también centenares de niños que ahora esperan destino en una nave de un polígono de la zona.
Tras unos días intensos de gestiones y de tensión, al menos la mitad de los marroquíes adultos han sido 'devueltos en caliente' a Marruecos. Las comunidades autónomas debaten ahora en España el cupo que cada una de ellas puede asumir de menores tutelados para dar salida a todos los niños que han llegado a la playa de El Tarajal a nado.
Por su parte, el Gobierno de España ha advertido a Marruecos que no se puede permitir una escalada de tensión de este grado y una entrada masiva de inmigrantes, alentados por falsas promesas y la permisividad de las autoridades marroquíes. España defenderá la integridad territorial de sus fronteras ante cualquier desafío y "con todos los medios" a su alcance.
Detrás de las distintas crisis diplomáticas entre lo que son países vecinos, separados por El Estrecho o una valla que separa la entrada a Europa, están conflictos históricos concretos:
El Sáhara
El Sáhara se anexiona a Marruecos en 1975. La reivindicación de este territorio históricamente español o a la inversa, las peticiones de soberanía de Rabat sobre las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, son polémicas permanentes que continuamente han afectado a la relación entre España y Marruecos.
La postura española sobre la soberanía de este territorio siempre fue defender los acuerdos de la ONU de celebrar un referéndum. Una demanda que ha generado permanentes tensiones con Rabat, la última en noviembre también de 2020, coincidiendo con la entrada masiva de inmigrantes en Canarias. El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, aprovechaba para publicar un tuit en el que instaba a la celebración de dicho referéndum recordando el mandato de la ONU: "... que se celebre, sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental. Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (13 de enero de 1995)".
Además de marcar y recordar la postura de España, Pablo Iglesias se adelantaba al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su número dos, Nacho Álvarez se reunía con la representante del Frente Polisario, Suilma Hay Emhamed Salem, a la que le confirió trato de “ministra”.
Otras entradas masivas
Justo en ese tiempo, en noviembre del año pasado, ya se registraba otro conflicto entre Marruecos y España por una oleada de inmigrantes llegados a Canarias. Solo en un mes llegaban unos 9.000 inmigrantes a las costas canarias. La incapacidad de atender a tantos inmigrantes en un período tan corto de tiempo provocó que el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska viajase a Rabat para rebajar la tensión y normalizar la situación.
Retirada del embajador en Madrid
Si seguimos repasando encontramos otros pulsos como cuando Marruecos retiró a su embajador de Madrid y se cancelaba la Reunión de Alto Nivel que estaba prevista por "ciertas actitudes y posiciones españolas que conciernen a Marruecos".
Ceuta y Melilla
La reivindicación por parte de Marruecos de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla ha generado varios momentos complicados. Un pico de tensión se vivió cuando se aprobaron los Estatutos de Autonomía de Ceuta y Melilla. Fue en 1994 y Marruecos lo consideró una ofensa diplomática en toda regla. Este proceso conllevó que Marruecos se personara ante la ONU para pedir "la devolución a España" de ambas ciudades.
Cuando los Reyes de España visitaron estas dos ciudades en noviembre de 2007, Marruecos volvió a llamar a consultas a su embajador en Madrid. Era la primera visita oficial a Ceuta y Melilla de los Reyes en 32 años y eso provocó tres meses de ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Hace menos de un año, en diciembre del año pasado, el primer ministro de Marruecos, Saadedin Otmani reivindicó estos territorios y España zanjó la petición con un "no hay tema". Además, llamaría a la embajadora marroquí, Karima Benyaich, para pedir explicaciones nuevamente sobre esta reivindicación histórica.
El asalto a El Perejil
En 2002 fueron muchos los que pusieron en el mapa un pequeño islote llamado El Perejil. Se trataba de una pequeña isla frente a Marruecos y alejado de Ceuta, un territorio español que apareció invadido por militares marroquíes. Ellos aludieron que se trataba de una acción en su "lucha contra la emigración ilegal y el terrorismo en el Estrecho".
España reaccionó ante la ocupación con un sinfín de trepidantes gestiones diplomáticas, mientras todos asistíamos a imágenes insólitas de los agentes marroquíes sobre aquella pequeña isla y viendo como las topas españolas tenían que desplegarse para recuperar aquella desconocida tierra deshabitada, hasta ese momento. El Perejil condujo a ambos países a una crisis de más de un año y de ruptura diplomática.
Expulsión de la activista saharaui Aminetu Haidar
En diciembre de 2009, España expulsa a la activista saharaui Aminetu Haidar que había llegado a Lanzarote en avión. Procedía de El Aaiún y había sido expulsada de Marruecos tras llegar de Nueva York al no querer reconocerle la nacionalidad marroquí y la habían derivado a Canarias.
La activista, al no dejarle entrar en su país, inició una huelga de hambre que llego a 32 días. Unas intensas negociaciones diplomáticas entre España y Marruecos posibilitaron la entrada de Haidar a finales de ese mismo año.
Unas relaciones diplomáticas muy complicadas, llenas de momentos de tensión y acercamiento, España como puerta hacia Europa para muchos de los marroquíes que buscan prosperar en otras tierras y mafias que se aprovechan de ellos provocando viajes de dolor más que de futuro, unas relaciones entre ambos países alimentadas por importantes intereses económicos, un factor que influye también permanentemente en las relaciones y con una cercanía entre los reyes de España y Marruecos de estrechos lazos familiares.