ASUME QUE TENÍA UNA CAJA B
El cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, ha reconocido los hechos de los que le acusa la Fiscalía y haber dado dádivas al extesorero del PP Luis Bárcenas, el exconsejero madrileño Alberto López Viejo y al exdiputado Jesús Merino, entre otros, aunque ha exculpado al exconcejal de Estepona (Málaga) Ricardo Galeote.
Durante su declaración como acusado en la quinta jornada del macrojuicio de Gürtel y ayudado por un grueso archivador azul repleto de documentos, Correa ha comenzado reconociendo los hechos descritos por Anticorrupción en su escrito de acusación, aunque ha añadido que va a intentar "esclarecer algunos que no se corresponden con la realidad".
Correa ha afirmado que fue Luis Bárcenas quien le introdujo en el partido y ha destacado que su entramado de empresas no fue creado en ningún caso "para delinquir" con ese partido.
El cabecilla de la trama Gürtel ha comenzado a relatar sus comienzos como empresario en 1989 y ha asegurado que antes de trabajar con el PP lo hizo con el PSOE de la mano de Julio Feo, quien fuera director de comunicación del expresidente del Gobierno Felipe González, algo que, ha destacado, poca gente sabe. "Lo cuento porque es importante que se conozca el histórico y que esto no se creó para delinquir con el PP", ha destacado, para luego explicar que conoció a Bárcenas a través de un amigo y que después de mucho insistir le acabó encargando un trabajo para el partido y de este modo comenzó su relación profesional con la formación.
"Yo estaba más tiempo en Genóva que en mi propio despacho. Era mi casa, vamos"
Francisco Correa, ha afirmado que entregó un millón de euros al exconsejero madrileño del PP Alberto López Viejo por intermediar en una adjudicación del Ayuntamiento de Madrid y que también cobró dádivas del constructor Alfonso García Pozuelo, que luego repartía entre él y Luis Bárcenas.
En su confesión ante el tribunal, Correa ha explicado que la empresa Sufi, concesionaria de un contrato de limpieza del barrio de Moratalaz, pagó un millón de euros a una cuenta en Suiza a su nombre como dádiva por interceder en esa adjudicación del consistorio, de donde fue concejal López Viejo. "Luego la fui retribuyendo (esa cantidad) a Alberto López Viejo", ha precisado Correa, que ha negado sin embargo que la Comunidad de Madrid inflara contratos dados a sus empresas para que estas sociedades tuvieran más beneficios.
También ha admitido haber recibido las comisiones que el pasado martes reconoció ante el tribunal haber pagado García Pozuelo, expresidente de Constructora Hispánica, a cambio de adjudicaciones públicas.
"¿Cómo no voy hacer un regalo a una persona que me está dando un trabajo importante?"
Ha relatado que en 1996 Bárcenas y él hablaron y el extesorero le dijo: "Tú tienes contactos con empresarios y yo con políticos, vamos a intentar hacer gestiones para cuando salgan los concursos públicos de la Administración, intentar favorecer o adjudicar a algunos de estos empresarios que luego van a colaborar con el partido". Así, contactó con García Pozuelo y el empresario le llamaba cuando estaba interesado en una licitación, por ejemplo de una carretera. "Si teníamos éxito, él daba una comisión y yo me quedaba una parte y la otra se la daba a Luis Bárcenas", ha explicado, a lo que ha añadido que eso no solo pasaba con García Pozuelo, sino que "se hacía con varios empresarios", "personas muy poderosas" que se negaban a facturar a Correa sus servicios de intermediación.
Correa ha admitido también que tuvo "atenciones" con Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo y exmarido de la que fuera ministra de Sanidad Ana Mato, como la compra de un coche o el pago de viajes y fiestas de cumpleaños para su familia. "Los negocios que haya hecho con el PP los voy a contar en esta sala" para que "lo sepa toda España", ha anunciado Correa, para después justificar el pago de dádivas, "como se dice en el lenguaje jurídico", a miembros del PP como una práctica habitual en la empresa privada.
"Quedaba con ellos y les daba el sobre"
"La primera vez que escucho cohecho y prevaricación es cuando me detienen", ha asegurado para explicar que al hacer regalos a políticos "lo que quiero es que mi empresa funcione bien". "¿Cómo no voy hacer un regalo a una persona que me está dando un trabajo importante?", ha expuesto.
A partir de ese momento ha puesto como ejemplo como en España "una empresa líder en el sector cerámico" ha agasajado a constructores y empresarios con 15 días en Nueva York en hoteles de lujo y viajando en aviones privados, y también ha puesto como ejemplo los regalos de empresas farmacéuticas a médicos, momento en el que el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, le ha interrumpido para advertirle de que se estaba desviando del objeto del juicio.
Correa ha asegurado además que con la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia del PP cesó su relación con el partido a nivel nacional porque con quien trabajaba su grupo de empresas era con el equipo del expresidente José María Aznar.
El distanciamiento con el PP de Génova, que ha situado entre 2004 y 2005, se produjo, según su declaración, porque el considerado número 2 de la trama, Pablo Crespo (exsecretario de organización del PP en Galicia), "no tenía buena relación con Rajoy" y a la vez se "enfrió" su amistad con el extesorero del PP Luis Bárcenas, que le insinúo, "no con muy buenas maneras", que el vínculo empresarial no podía mantenerse con la llegada del nuevo presidente.
Hasta entonces: "Yo estaba más tiempo en Genóva que en mi propio despacho. Era mi casa, vamos", ha afirmado Correa, al relatar que con la llegada del equipo de Rajoy trasladó su actividad a Valencia con la ayuda de Álvaro Pérez Alonso, 'El Bigotes', cuando estaba en el gobierno de Francisco Camps.
También ha detallado sus vínculos con miembros o gente próxima al PP y entre ellos ha señalado como "intimo amigo" al yerno de Aznar, Alejandro Agag, con quien ha dicho que tenía "una muy buena relación" como se pudo ver en su "famosa boda".
En cuanto a los regalos a políticos del PP, ha insistido en que es una práctica habitual en la empresa privada y ha criticado que se le haya juzgado por la adjudicación del stand de Valencia en Fitur a cambio de una corbata a Camps. "¿Dónde está el problema?", se ha preguntado Correa, al señalar que grandes firmas españolas cuentan con un departamento de regalo de empresas porque es algo "habitual" hacer regalos a clientes. En Navidad, ha insistido, "todo el mundo regala" cestas o vinos, "pero de ahí a que nuestras empresas trabajaban para hacer cosas irregulares...".
Francisco Correa, ha afirmado que él era el único de su grupo de empresas que hacía entregas de dinero en metálico a políticos. "¿Cómo hacía las entregas a los políticos?", le ha preguntado la fiscal, a lo que ha respondido: "Quedaba con ellos y les daba el sobre".
El cabecilla de la trama Gürtel ha querido exculpar de estos pagos y de cualquier irregularidad a otros acusados que formaban parte de su grupo, como su número dos, Pablo Crespo, o Álvaro Pérez 'El Bigotes'. Ha afirmado que ninguno de ellos daba comisiones a los políticos del PP por intermediar en la adjudicación de contratos públicos, sino que solo él tenía relación con ellos. "La relación directa con todos los políticas la tenía solo yo, nadie más".
El cabecilla ha desvinculado a Crespo, ex secretario de organización del PP gallego: "Habrá cometido, imagino, alguna irregularidad administrativa, pero ni ninguna más porque su código no se lo permite, es un hombre honrado". Ha explicado que lo convenció para dejar la política gallega y gestionar sus empresas aconsejado por un miembro del PP que le dijo que era "oro molido", un "tío serio y profesional".
Crespo, y no él, ha dicho, era quien estaba "en el día a día" de las empresas, pero ha apostillado que "si él tenía que cometer alguna irregularidad me la comentaba, aunque estuviera en América me llamaba". También ha exculpado a 'El Bigotes' cuando ha dicho que una entrega que se le achaca al exalcalde Jesús Sepúlveda realmente fue a un tal José Sevilla. "Álvaro nunca entregó ni un euro a Sepúlveda, solo lo hice yo (...) Le invitó a comer 200 veces, pero no le entregó un euro".
Del presunto contable de la trama, José Luis Izquierdo, ha dicho que era "un hombre fiel". "Me da mucha pena que esté aquí", ha añadido tras afirmar que "no tenía capacidad para gestionar" y pedir "disculpas a su familia".
Otra que, según Correa, no debería estar sentada en el banquillo, es Alicia Mínguez, que administró varias empresas del grupo. "Me da mucha pena que esté aquí sentada, es una auxiliar administrativa, es muy triste que esté sentada, no ha tomado ninguna decisión de nada".
También se ha referido a Isabel Jordán, que administraba varias de las empresas del grupo Correa y que, según el cabecilla, "actuaba de forma bastante autónoma e independiente de Pablo Crespo". Ha dicho de ella que "tenía plenos poderes" sobre las empresas, las cuales "gestionaba bien porque era una profesional".
Correa ha explicado que él tenía una caja B personal con el dinero que recibía de los empresarios que pagaban comisiones a cambio de adjudicaciones, dinero del que daba una parte a Bárcenas. Con esa caja B personal, Correa pagaba sus gastos personales, ha indicado, aunque ha asegurado que sus empresas no hicieron facturas falsas. "Facturas falsas no creo que hayamos hecho (...), salvo que nos haya obligado el cliente a emitir alguna factura, nunca fueron irregulares y siempre de trabajos que hemos hecho", ha dicho.