Tribunal Constitucional
El Tribunal Constitucional elige este miércoles a su nuevo presidente. El exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, favorito entre el bloque progresista, se enfrentará a la magistrada María Luisa Balaguer que ha decido mantener su candidatura. El voto de la magistrada María Luisa Segoviano puede ser determinante.
A horas de que se celebre el primer pleno del renovado Constitucional, sus magistrados mantienen la incógnita sobre lo que será una decisión crucial para el órgano: elegir a quién será su presidente y vicepresidente durante los próximos dos años y medio. La tradición dentro del órgano es que la presidencia recaiga entre los magistrados con más años de mandato, de los nueve en total que puede cumplir cada uno como miembro del Constitucional. De los once magistrados que conforman el Tribunal, hay tres que cumplen los requisitos: el exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, la catedrática María Luisa Balaguer y el magistrado Ricardo Enríquez.
La presidencia posee la potestad para organizar al Alto Tribunal. Su trabajo consiste fundamentalmente en establecer el orden del día de los plenos, elegir aquellos asuntos que serán sometidos a deliberación entre los magistrados y dictar sentencia. En la agenda del Constitucional queda pendiente la revisión de normas tan relevantes como la Ley de Eutanasia, del Aborto, de Educación o, entre muchas otras, la Reforma laboral que el Gobierno aprobó el año pasado. De ahí la importancia de que la presidencia recaiga en manos de Conde-Pumpido o Balaguer, de tendencia progresista, o Ricardo Enríquez, más conservador.
"Presidente progresista, vicepresidente conservador"
Sin embargo, la mayoría progresista existente tras la renovación del Tribunal Constitucional descarta a Enríquez del camino a la presidencia. Aunque sí tiene asegurado, casi con total seguridad, su cargo como vicepresidente. El porqué está en otra de las leyes no escritas a la hora de actualizar el órgano. Si el presidente elegido es del sector progresista, el vicepresidente debe salir del bloque conservador y viceversa.
Por tanto, la duda está entre el exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido o la catedrática María Luisa Balaguer. El pleno en el que se decidirá está convocado para este miércoles 11 de enero. Pero a estas horas, ninguno de los dos candidatos tienen una mayoría necesaria.
Pumpido, favorito entre los magistrados progresistas
El Tribunal Constitucional está formado por once magistrados. Para lograr la presidencia es necesario contar con el apoyo de al menos seis magistrados (la mitad, más uno). El exfiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, es el favorito entre los magistrados progresistas que conforman la nueva mayoría del Tribunal de garantías. Tras los contactos informales que se han realizado en las últimas semanas para tantear sus posibilidades, Pumpido parece tener asegurados al cien por cien el visto bueno de cuatro de estos magistrados (Juan Carlos Campo, Laura Díez, Juan Ramón Sáez, Inmaculada Montalbán), más el suyo propio. Cinco votos en total.
La otra candidata, la catedrática María Luisa Balaguer, es en cambio la favorita entre los cuatro magistrados conservadores. Estos consideran que un mandado de Balaguer sería más “llevadero” frente al programa que propone Pumpido. Con los cuatro votos conservadores y el de la propia catedrática, Balaguer necesitaría todavía un voto más. Es fundamental que al menos un magistrado del sector progresista apoyase su candidatura. Y entre todos ellos, la única que mantiene con estricta discreción su postura es una de las magistradas recientemente incorporadas, María Luisa Segoviano.
Segoviano fue propuesta por el Partido Popular para incorporarse al órgano y fue finalmente aceptada por los vocales progresistas del Poder Judicial. A ojos de sus compañeros, su voto podría discrepar de la mayoría del bloque progresista y decantarse por Balaguer dada su cercanía en asuntos clave como, por ejemplo, el papel de la mujer dentro del Poder Judicial. Por eso, los magistrados progresistas han intentado este martes presentar una única candidatura pero no ha sido posible. Así que la incógnita sobre quién presidirá el Tribunal de garantías se mantendrá hasta el último minuto.