POR LA EXIGENCIA DEL CATALÁN
David, médico de familia, abandona junto a su mujer, enfermera, el que ha sido su hogar en los últimos años, la isla de Mallorca. "Si de por si falta personal sanitario, va a llegar un momento en que la población lo va a sufrir", lamenta David, que no entiende el decreto que prepara el Gobierno autonómico que les exige aprender catalán para ejercer su profesión. "Los idiomas no salvan vidas y el inglés o el francés que yo acredité no me cuenta", señala.
David no es el primero en abandonar y la situación preocupa en el sector. El presidente del sindicato Simedal, David Lázaro, ha reconcido que la cifra actual es para preocuparse, sobre todo en las islas pequeñas", en donde están "asistiendo a un éxodo, a una fuga, a un autoexilio de profesionales".
Porque de aprobarse el decreto, la exigencia para acceder a la sanidad publica balear llegaría a este extremo: para conseguir una plaza, la formación puntúa desde algo más de un punto por un máster de 50 horas a 4 puntos y medio por la tesis. Sin embargo, si se demuestra saber perfectamente catalán, se evaluará con 5 puntos, es decir más que la tesis doctoral.