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El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha anunciado la supresión de la asignatura Educación para la Ciudadanía y su sustitución por Educación Cívica y Constitucional, una materia "libre de adoctrinamientos y controversias".
La asignatura se estudia en 2º o 3º de ESO, en 4º de ESO y en 1º de Bachillerato. Miembros del PP habían transmitido la intención de eliminar la carga ideológica que supuestamente tiene la materia. La objeción de conciencia de muchas familias ha provocado varios procesos judiciales para eliminar la asignatura, llegando incluso al Tribunal Supremo una sentencia que dictaba la obligatoriedad de recibir esa asignatura, negando esa objeción.
Cambios en el Bachillerato
El Gobierno planea una modificación en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y el Bachillerato. Ambos durarán tres años y la obligatoriedad permanecerá en los 16 años, con lo que será obligatorio para el estudiante cursar hasta el primer curso del Bachillerato.
"El objetivo es elevar la preparación para los que opten al Bachillerato y a la formación profesional", ha asegurado Wert, que ha concretado también las modificaciones en los grados de Formación Profesional. La FP de grado medio, como el Bachillerato, durará tres años en lugar de dos.
Ya que la gratuidad de la educación va a seguir abarcando hasta los 16 años, el primer curso del Bachillerato pasará a estar cubierto: "No se va a reducir la educación obligatoria. Somos conscientes de los riesgos y del coste. No hay que tener miedo a los cambios"
Modelo bilingüe y reforma universitaria
El Gobierno ha establecido el bilingüismo como uno de los pilares fundamentales para el sistema de educación en los próximos años. Según el programa electoral del partido, el compromiso de fomentar el dominio del inglés se extiende hasta los cursos de Infantil, desde los tres años.
En cuanto a las universidades, el ministro ha destacado que "no hay ninguna universidad española entre las mejores del mundo", por lo que "es necesaria una reforma". El modelo de Universidad en el que se inspira Bolonia, un plan discutido por muchos sectores educativos, "no se inspira en nuestra tradición educativa".
Asimismo, el ministro se ha comprometido a que se apruebe "por fin" un estatuto del docente, que mantenga el carácter estatal de los cuerpos de profesorado, que recompense su esfuerzo y los reconozca como "autoridad pública".