OPERACIÓN OJO DE ÁGUILA
Hace solo unos días terminó en las costas de Cádiz la operación Ojo de Águila (Eagle Eye). En ella han participaron cazas del Ejército del Aire, una fragata y unidades de artillería antiaérea. Un gran y complejo ejercicio de defensa y combate aéreo que hemos podido seguir junto a los militares de los tres ejércitos.
Los cazas Eurofighter, los más modernos del Ejército del Aire, hacen el papel de enemigo en la Operación Ojo de Águila. Su misión, atacar un objetivo en alta mar.
Pero antes de hacerlo deben repostar combustible en el aire. Recogerlo a través de las mangueras de este Hércules. Una auténtica gasolinera con alas. Lo mismo hace el avión militar de transporte desde el que se sigue esta operación.
El repostaje en vuelo es una de las misiones aéreas más peligrosas que hay. Los aviones se sitúan en plano vuelo a solo veinte metros de distancia.
El objetivo de los cazas es hundir una fragata Blas de Lezo, una de las mejores de la Armada española. Pero gracias a su radar, capaz de descubrir aviones en 500 kilómetros a la redonda, localiza a los aviones cuando aún están a muchísima distancia. Si pese a eso es atacada, está preparada para defenderse con sus misiles y con su cañón.
En la Operación Ojo de Águila, también ha estado la artillería antiaérea. La encargada de rechazar desde tierra el ataque de los cazas.