DANA
Carlos Mazón se defiende de las críticas por la falta de comunicación y coordinación en el despliegue de alertas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se prepara para asistir a la Cumbre del Clima, pero su partida se produce en medio de una polémica política que estalló tras el desastre DANA que afectó gravemente a la provincia de Valencia el 29 de octubre. Con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y su equipo bajo escrutinio por la gestión de la emergencia, las críticas se han intensificado debido a la falta de respuestas claras sobre la coordinación y la activación de alertas durante la crisis.
Mazón, que ha sido señalado en algunos medios por presuntamente estar en un cumpleaños el día del desastre, ha respondido públicamente: "¿Cómo se puede decir que estaba en un cumpleaños? No, lo desmiento categóricamente". Según el presidente, se encontraba en un almuerzo de trabajo y, ha asegurado que estuvo "comunicado todo el rato personalmente con todo lo que ocurría".
La situación se complica aún más con las declaraciones de Salomé Pradas, consejera de Justicia y responsable de Emergencias en la Comunidad Valenciana, quien aseguró que desconocía la existencia del sistema de alertas móviles Es-Alert hasta la tarde de la tormenta. Pradas afirmó que fue informada a las ocho de la noche por un técnico sobre el sistema, una medida que permite enviar alertas a teléfonos móviles en caso de emergencia. Sin embargo, en el momento en que la alerta fue enviada, el barranco del Poyo ya se había desbordado, causando inundaciones en varias localidades del sur de Valencia.
En una entrevista concedida a la cadena pública valenciana À Punt, Pradas explicó que no recibió información específica sobre el riesgo en el barranco del Poyo hasta pasadas las siete de la tarde, cuando ya había evidencias de peligro inminente.
Según la consellera, recibió una llamada del secretario de Estado de Transición Ecológica a las 20:00 horas, en la cual se le advertía de la posibilidad de una ruptura en la presa de Forata. "Ahí es cuando un técnico nos informa de que existe un mecanismo que se denomina Es-Alert, que no está por ahora reglado y no está en nuestros planes autonómicos", explicó Pradas.
Ante las críticas por la demora en la activación de las alertas, Pradas defendió la actuación de la Generalitat, asegurando que todas las decisiones se tomaron "en base a los informes e información" de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). La consellera también criticó la falta de comunicación efectiva, señalando que la Generalitat solo recibió notificaciones por correo electrónico y que la alerta sobre el desbordamiento del barranco llegó demasiado tarde para ser útil.
Con Sánchez a punto de salir del país y la Generalitat Valenciana enfrentando el cuestionamiento público, la crisis se traslada también al ámbito político. Los ciudadanos y partidos de oposición exigen una mayor transparencia y claridad sobre los fallos en la gestión del desastre, que dejó múltiples daños materiales y una comunidad preocupada por la capacidad de respuesta de sus autoridades.
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