Pedro Sánchez
Begoña Gómez ha sido citada como investigada en los Juzgados de Plaza de Castilla por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción. La oposición exige explicaciones al presidente del Gobierno.
Continúan las reacciones tras la presencia de Begoña Gómez en los juzgados de Plaza de Castilla. La oposición exige explicaciones al presidente porque aseguran que la presencia de su esposa en los juzgados es extremadamente perjudicial para el país, que están sometiendo a España a un escarnio público ante el resto del mundo.
Añaden que La Moncloa se ha convertido en un espacio para los negocios personales de Begoña Gómez y ponen en duda la legitimidad del trabajo del hermano de Sánchez. Desde el Partido Popular dice que este no es el camino para llevar a cabo una regeneración democrática.
"Estamos viendo esa utilización constante de los instrumentos del Estado al servicio de la defensa de la mujer del Presidente", comenta Cuca Gamarra, secretaria General del Partido Popular. Añade que Pedro Sánchez y su familia "se sitúan en el ámbito del privilegio, se sitúan en el ámbito de una casta que está por encima del resto".
Desde el gobierno, María Jesús Montero, vicepresidenta primera, comenta que "hemos visto como la ultraderecha quiso montar, una vez más, otro de sus espectáculos bochornosos. No tienen ni causa ni vergüenza. El fango, como venimos diciendo, es su único propósito, y estoy segura de que el Estado de Derecho se mostrará fuerte contra estas denuncias falsas cuando todo se aclare".
Mientras, Pedro Sánchez continúa de viaje en Rumania. Se ha reunido con la Internacional Socialista y asegura que una alianza de las fuerzas progresistas es el mejor antídoto para frenar el avance de la extrema derecha en Europa.
En palabras del presidente, "es nuestra responsabilidad detener esta ola reaccionaria porque nadie más lo hará. Somos la última línea de defensa y depende de nosotros que Europa no traicione sus propios principios."
Desde el PSC, Salvador Illa retoma la idea de la expansión de la derecha más radical y dice que, en Cataluña, la única opción es la que tomaron los ciudadanos en las urnas: la formación de una coalición de gobierno progresista: "no entienden el mensaje de los ciudadanos. Un mensaje nítido y claro. Un gobierno de progreso. Por decirlo claro: un gobierno entre el PSC, ERC y los comunes. No hay otra fórmula posible".
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