"HAY QUE TENER MUCHO CUIDADO CON ESO"
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha condenado que el juez del Supremo Pablo Llarena fuera increpado al salir de un restaurante en Girona y ha advertido de que "una sociedad democrática no puede quedarse indiferente" ante este tipo de actos ya que "hoy es Llarena, mañana puedo ser yo".
En conferencia de prensa en la sede del Ministerio, Borrell ha respondido así al ser preguntado por el escrache sufrido por el juez Llarena el pasado sábado al salir de un restaurante en la localidad de Mont-ras, en Girona, donde fue increpado por una quincena de independentistas que corearon lemas como "las calles serán siempre nuestras".
Para Borrell, "esos gritos de 'la calle es nuestra' traen recuerdos de otra época" y ante este tipo de actitudes "una sociedad democrática no puede quedarse indiferente; la calle es de todos", ha dicho.
"Me parece muy mal que haya personas que agredan" de esta forma, ha considerado el ministro, quien ha añadido que, "de momento, hay violencia contra las cosas, pero primero hay violencia contra las cosas y luego puede haber violencia contra las personas. Hay que tener mucho cuidado con eso".
Por otra parte, y preguntado por la afirmación del presidente del Parlament balear, Baltasar Picornell, de que el Rey Felipe VI estaría "dispuesto a tender puentes" desde el Estado con Cataluña para tratar de solucionar la crisis política, Borrell ha señalado que "es imprescindible".
En opinión del ministro, "¿no hay nada nuevo, no? tender puentes entre dos lugares que tienen conflictos sociales es absolutamente imprescindible, no creo que pueda haber ningún comentario que hacer al respecto".