LOS TESTIMONIOS
Vecinos y comerciantes de la zona han conseguido recuperar esa normalidad, dicen que la vida tienen que continuar. Se sienten seguros pero no pueden evitar ese miedo ante cualquier imprevisto. Todavía se emocionan al recordar ese día que marcó un antes y un después en la vida de esta arteria turística de Barcelona.
Pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde cuando la vida en Las Ramblas se detuvo por completo. Aún hoy los comerciantes recuerdan el horror vivido aquella tarde de agosto. Desde entonces se ha reforzado la seguridad de esta gran arteria.