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Arranca el juicio al exjefe de ETA 'Txapote' por un atentado frustrado en el año 2000 en Navarra

'Txapote' afronta una petición fiscal de 54 años y seis meses de cárcel por el atentado frustrado contra una vivienda en Cintruénigo (Navarra).

Arranca el juicio al exdirigente de ETA Francisco Javier García Gaztelu, más conocido como 'Txapote', por el atentado frustrado perpetrado en el año 2000 contra una vivienda en Cintruénigo (Navarra) en la que la banda terrorista creía que vivía un guardia civil. Acompañado por otros dos etarras, se ha sentado este martes en el banquillo de la Audiencia Nacional acusado de haber dado instrucciones para colocar un macetero bomba que afortunadamente no llegó a explotar.

Concretamente, junto a 'Txapote' -que afronta una petición fiscal de 54 años y seis meses de cárcel- se sentarán en el banquillo por estos mismos hechos los etarras Asier Arzallus Goñi 'Santi' y Aitor Agirrebarrena Beldarrain 'Peio', para los que el Ministerio Público solicita 52 años de prisión como autores de esos mismos delitos. Los tres eran integrantes del comando 'Totto' de ETA, al que también pertenecía José Ignacio Guridi Lasa, ya condenado por por acabar con la vida del periodista José Luis López de la Calle y los guardias civiles Irene Fernández Perera y José Ángel de Jesús Encinas.

Los 52 años que pide el fiscal resultan de la suma de 19 años y 10 meses de prisión para cada uno de ellos por cada uno de los dos delitos de asesinato en grado de tentativa y de 14 años y 10 meses por estragos terroristas, también en grado de tentativa. Para 'Txapote' se solicitan dos años más en concepto de autor por inducción.

Así fue el atentado frustrado

En noviembre del año 2000, los miembros del comando etarra colocaron un artefacto explosivo en una jardinera ubicada en el alféizar de una de las ventanas del salón-comedor de una casa en Citruénigo, en la comarca de Tudela. La Fiscalía sostiene que lo hicieron siguiendo las instrucciones de 'Txapote', "miembro de la dirección de la banda criminal, que impartía directrices, fijaba objetivos y facilitaba el material preciso para la ejecución de atentados".

Los terroristas pensaban que esa vivienda estaba habitada por un agente de la Guardia Civil, pero estaban equivocados. En esa época, la casa estaba habitada por una mujer y un niño pequeño. El explosivo, compuesto por 10.4 kilos de un tipo de dinamita comprimida llamada tittadyne, se encontraba dentro una fiambrera que los terroristas colocaron en una maceta junto con unas chapas metálicas destinadas a convertirse en metralla.

Afortunadamente, el artefacto no llegó a explosionar debido a una interrupción del fluido eléctrico del circuito, ocasionada por la rotura de los hilos conductores del cableado en alguna de las conexiones. Es decir, los cables del dispositivo se rompieron y todo el mecanismo se quedó sin fluido eléctrico.

La colocación de la bomba fue anunciada a través de dos llamadas al diario 'Gara' y fue hallado por especialistas artificieros de la Guardia Civil que los desactivaron. La Fiscalía sostiene en su escrito de acusación que, de haber explotado, la deflagración habría acabado con la vida de las personas que estaban en la casa.

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