JUICIO POR LA CATÁSTROFE MARÍTIMA
"Si un ministro no tenía que adoptar decisiones técnicas, no tenía ningún sentido que le consultasen decisiones técnicas", ha sentenciado a preguntas del letrado de 'Nunca Máis', ante el que ha justificado su participación en cacerías en plena crisis.
Preguntado si no veía "frívolo" irse de cacería, ha manifestado que si su presencia "hubiera sido útil, hubiera estado aquí", en referencia a los días que transcurrieron entre el 13 de noviembre y el 19 de noviembre, cuando se hundió el buque.
Sobre la toma de decisiones, ha dicho que estaba "perfectamente jerarquizada" en el Plan Nacional de Contingencias por Contaminación Marina Accidental de 2001, según el cual la última responsabilidad recaía en el entonces director general de la Marina Mercante, José Luis López Sors, único responsable de la Administración española que se sienta en el banquillo de los acusados.
En el juicio, Cascos ha apelado en reiteradas ocasiones al citado plan para insistir en que "todo el proceso de decisiones se adoptó siguiendo los protocolos establecidos" en contraposición con la tesis de la propietaria del barco, Mare Shipping, para quien no se cumplió y que el objetivo fue "preservar la seguridad de las vidas humanas y el medioambiente".
Sobre la posibilidad de llevar el barco a un puerto refugio, ha insistido en que no existía "ningún candidato voluntario para recibir al Prestige", aunque ha precisado que no le constaba que el exalcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, se hubiese negado a refugiarlo en el Puerto coruñés o que Repsol hubiese hecho lo mismo en relación con su terminal, al tiempo que ha descartado que hubiese podido llevarse a la Ría de Corcubión o la de Vigo.
También ha negado que "sobre la mesa" hubiese estado la posibilidad de bombardear el barco, planteada por el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y que suscribió el exalcalde de A Coruña Francisco Vázquez porque esa "hipótesis" no era técnicamente "razonable" por el tipo de fuel que transportaba el barco.