Carles Puigdemont
Gonzalo Boye dice que después de su intervención pública se marchó a casa, pero no desvela a qué casa.
El jueves era la investidura de Salvador Illa en el Parlament. Fue investido como nuevo presidente de la Generalitat. Sin embargo, todos los focos se los llevó otra persona: Carles Puigdemont. El expresident anunció que volvería a España y dijo el lugar al que iba a acudir. Sobre él pesa una orden de detención. Y cumplió. Apareció en Barcelona caminando por la calle hasta llegar al acto de Junts per Cat sin ser arrestado. Cuando pronunció el discurso y terminó, desapareció por 'arte de magia'. Ni la operación 'Jaula' de los Mossos d'Esquadra fue efectiva para dar con él. Su abogado Gonzalo Boye ha hablado sobre Puigdemont.
En declaraciones a Antena 3 Noticias, Boye aseguró que vino a España a "hacer su trabajo". El abogado de Puigdemont dice que después de su intervención pública se marchó a casa, pero no desvela a qué casa. Podría seguir en España o podría haber vuelto a Waterloo burlando de nuevo la seguridad. "Ha vuelto a casa. Ha terminado el trabajo y se ha ido a casa. Ha ido a su domicilio profesional".
Al ser preguntado sobre otra posible vuelta a España, Boye comenta: "Él ya lo ha demostrado, no tenía miedo a venir". Los mossos siguen buscando al expresidente de la Generalitat por toda Cataluña. Se les escurrió entre los dedos. El juez Pablo Llarena decidió mantener las órdenes de detención, pese a que ya estaba en vigor la ley de amnistía, dijo que no era aplicable al delito de malversación y por tanto Puigdemont quedaba fuera.
De momento no ha habido ninguna reacción del magistrado Llarena, pero podría pedir explicaciones y responsabilidades por la actuación de las autoridades catalanas. Desde el Tribunal Supremo (TS) apuntan que es un escenario incierto y que, de momento, lo que sigue activo es la orden de detención contra Puigdemont.
"Hoy he venido aquí para recordar que aún estamos aquí, porque no tenemos derecho a renunciar", proclamaba Puigdemont, parafraseando el "Ya estoy aquí" del expresident Josep Tarradellas, ante 3.500 personas que lo han arropado, precisan fuentes de la Guardia Urbana. Tras este momento, era cuando los mossos le perdían el rastro, a la vez que en el Parlament los diputados iban ocupando sus escaños y daba comienzo el pleno de investidura con el discurso del candidato a la presidencia de la Generalitat.
Carles Puigdemont defendió que "no es ni será nunca un delito hacer un referéndum". "Aunque nos han querido hacer mucho daño, hoy he venido a recordar que aún estamos aquí", manifestó. "Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña, hace años que empezó una durísima represión. Han convertido en ser catalán en una cosa sospechosa. "No nos interesa estar en un país en el que las leyes de amnistían no amnistían", agregaba ante los miles de seguidores.
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