TENÍA DOCENAS DE COCHES DE LUJO EN UNA NAVE
Al hijo mayor de los Pujol, le citaron en el parlamento catalán para explicar el origen de su fortuna y, ya que estaba ahí sentado, también habló de sus coches: una flota clásica y de alta gama aparcada en una nave industrial de Barcelona. La lista es larga, pero declaró haber pagado por todos 100.000 euros. Hacienda los tasó en más de un millón y medio de euros.
"Me gustan los coches viejos", aseguraba. Ahora sabemos que esa afición, la de los coches, le viene de lejos. Un coleccionista ha puesto a la venta en Internet, por 450 euros con descuento incluido, un álbum de cromos de coches que, según la ficha interior, fue propiedad en su día de un joven Jorge, y no Jordi, Pujol Ferrusola.
La colección, según su vendedor, está en buen estado. Mejor que la docena de coches clásicos que después acumuló, según su madre, incluido el famoso Ferrari del que ella dijo que ni tenía valor. "Destartalado completamente. Y después lo arreglaba", aseguraba su madre, como si sólo fuera la afición de un niño que Jordi Pujol Ferrusola continuó, ahora con el matiz de estar acusado de delito fiscal y blanqueo de capitales.