Huelga indefinida
La tensión es cada vez mayor entre la erztxaina y los trabajadores de esta planta de Vizcaya. Los empleados, que llevan desde octubre sin cobrar, retenían desde hace semanas al traslado de maquinaria pesada.
La compañía está en concurso de acreedores desde hace dos meses. Un juzgado ha autorizado la salida de troqueles y otras piezas de la fábrica, por lo que, finalmente, esos trabajadores no han tenido más opción que echarse a un lado.
El administrador concursal y la dirección de la empresa Batz han entrado este jueves, junto a trabajadores externos y una flota de camiones y furgonetas en las instalaciones de Araluce en Igorre (Bizkaia), para llevarse los troqueles, piezas y la carga de trabajo que permanecen inmovilizados en la planta desde que la plantilla se declarase en huelga indefinida el pasado 14 de noviembre.Según ha informado el presidente del comité de empresa de Araluce, Iñaki Salazar, la llegada de los camiones ha sido escoltada por unidades de la Ertzaintza y las instalaciones permanecen custodiadas "con mucha presencia policial", mientras en el exterior de la planta se suceden las protestas de la plantilla.
La retirada de los troqueles y de las piezas se está llevando a cabo a raíz del auto dictado este lunes 23 de diciembre por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao autorizando dicha operación, tras la petición de "auxilio" solicitado por el administrador concursal y después de haber intentado recabar "infructuosamente la colaboración de los trabajadores en varias ocasiones", según informó este lunes la cooperativa del Grupo Mondragon.
Los trabajadores han recibido hacia las 9.30 horas la llegada de los camiones, trailers y operarios externos que accedían al interior de las instalaciones entre abucheos y gritos de "esquiroles", "héroes", "sinvergüenzas" y "Araluce, ez itxi".
A juicio de Salazar, "la dirección de Batz, nuevamente, ante una situación laboral, subcontrata a trabajadores externos para vaciar la carga de trabajo de Araluce", un hecho que ha calificado de "muy grave", mientras los trabajadores de Araluce protestan por la decisión del cierre de la empresa.
Durante las negociaciones, el comité de empresa de Araluce ha procedido, "como parte de su estrategia negociadora en todo momento, a retener troqueles y otros productos terminados, que debían haberse entregado hace ya semanas a clientes finales, provocando un grave perjuicio y enorme riesgo para su propia sociedad y los intereses de sus trabajadores", ha indicado a su vez Batz.
En este sentido, la cooperativa consideró en su petición al Juzgado que el retraso en la entrega de los pedidos "puede conllevar la depreciación económica" del producto, en la medida que el destinatario final de los mismos "pudiera no quererlo con causa en el retraso, además de correrse el riesgo de incurrir en causa de resolución contractual por incumplimiento y devaluarse los troqueles y piezas a un valor de mero achatarramiento y no pagarlos.
Por todo ello, el Juzgado considera en su auto que es "más beneficioso" para todos los acreedores de Araluce, pero también para sus trabajadores, la entrega de los troqueles y piezas a Batz S.Coop., y que "no pueden retenerlos ni dificultar o impedir esa entrega" porque la huelga "no puede ser una vía para producir daños o deterioro en los bienes de la empresa".
Tras la notificación de la autorización, Batz ha procedido este jueves a la retirada de los troqueles y las piezas de Araluce y ha apuntado que con esta entrega se producirá un cobro "importante" que va a permitir pagar salarios, mientras que con la retención "ilícita que están haciendo, se perjudican gravemente a Batz S. Coop y, directamente también a la propia Araluce".