Elecciones generales 23J
Votar en blanco, nulo y abstenerse no es lo mismo de cara al resultado electoral. Por ende, es importante que se comprenda para qué sirve cada uno.
España celebra las elecciones generales el próximo domingo 23 de julio de 2023. Cada elector valorará una opción con la que quiera expresarse libremente, pudiendo votar, votar en blanco, votar en nulo o abstenerse. Cada acto afecta de forma diferente al resultado electoral, por lo que es muy importante que la ciudadanía tenga clara su elección política.
Votar en blanco consiste en votar manifestando que ninguna de las opciones planteadas es la adecuada. Para poder votar en blanco, el ciudadano debe ir a las urnas y realizar los actos formales que establece la legislación. Se vota en blanco cuando dentro del sobre no hay nada o, en el caso del Senado, cuando la papeleta introducida en el sobre no señala el nombre de ningún candidato.
Los votos en blanco se suelen manifestar como votos de protesta, con los que los electores dejan constancia de su rechazo a los candidatos presentados, o al sistema político y electoral.
Además, es importante saber que los votos en blanco se contabilizan como parte del porcentaje total de votos válidos. Esto quiere decir que reducen ligeramente el porcentaje obtenido por las fuerzas políticas que se presentan a la elección, e incluso puede provocar que algún partido pequeño se quede a las puertas del umbral del 5% (o 3% en algunas comunidades autónomas) .Por lo tanto, al incluir los votos en blanco, una candidatura necesita más votos para lograr escaño.
El voto nulo es un voto mal realizado en una elección, al punto que acarrea su nulidad. Un voto nulo puede ser accidental o intencional. No obstante, se suelen manifestar en forma de protesta.
A diferencia del voto en blanco, el voto en nulo se contabiliza,. Por lo que estos no tienen ninguna incidencia en los porcentajes de los partidos ni en el reparto de concejales y escaños.
Sin embargo, aunque no se cuentan como parte de los votos válidos, sí que aparecen reflejados como parte de la participación. Por lo tanto, solo afectan al porcentaje general de participación de la elección, pero este hecho no afecta a los resultados.
Las circunstancias capaces de anular un voto son las siguientes:
La abstención se da cuando un elector no acude a votar. Y al no haber voto, no se suma ni afecta a los resultados. Esta opción no perjudica ni beneficia a nadie, ya que el reparto se hace contabilizando tan solo los votos válidos emitidos.
Sin embargo, sus significado es algo más dudoso, pues no se sabe si el elector no ha presentado su voto por indiferencia, descontento con el sistema electoral o enfermedad, entre otras muchas opciones posibles.