una imagen tan llamativa como peligrosa
Las orugas de la procesionaria poseen pelos urticantes que liberan cuando se sienten amenazadas, lo que produce reacciones alérgicas e inflamatorias a quienes las tocan o se acercan demasiado. En el caso de animales domésticos, mayoritariamente perros, llegan incluso a generar necrosis en los tejidos de la boca que pueden provocar amputaciones parciales de la lengua. Entre humanos, el contacto con las procesionarias del pino pueden producir excepcionalmente reacciones alérgicas con afectación generalizada: cutánea, respiratoria y malestar general.