Auroras boreales
Si algo es capaz de enamorarse de una aurora boreal es su luminosa danza de colores, pero el sonido de las 'luces del norte' es también todo un mágico espectáculo.
Ni 'El rey león', ni 'Los miserables', ni tampoco 'El fantasma de la ópera'... Si hay una puesta en escena capaz de eclipsar a todas las demás esa es la de la naturaleza. El medio ambiente que nos rodea y el vasto cosmos que nos cubre son la gran superproducción en mayúsculas de la que podemos ser espectadores. De los explosivos géiseres y manantiales de Yellowstone (EEUU) a la pacífica y rosada floración de los cerezos japoneses, sin olvidar la majestuosa migración de la mariposa monarca o la encandilante luminiscencia del fitoplancton brillante. Son solo algunos de los espectáculos más increíbles de la naturaleza. Pero si hay uno capaz de cautivar a los más prosaicos y ateos de la materia, esas son las auroras boreales.
La inmensa oscuridad del cielo nocturno se tiñe de una danza de luces de colores. Su magia, la de las auroras boreales, nos envuelve, de la misma manera que ellas estás envueltas en infinidad de mitos y leyendas que las elevan a la categoría de 'divina seducción'.
Porque, aunque técnicamente las auroras boreales 'no son más' que destellos de luz que ponen de manifiesto el poder que tiene el campo magnético de nuestro planeta y que se producen por la interacción del viento solar con la magnetosfera terrestre, aquel afortunado que pueda estar bajo las 'luces del norte' entenderá enseguida que son la manifestación de un sueño que se recrea formando sinuosas y coloridas formas en el cielo estrellado.
Los destellos verdosos y rosáceos de las auroras boreales son miel para los ojos. Pero el color no es lo único que las transforma en una fantasía: su sonido se articula como una melodía celestial que viene del más allá. Es casi como un mensaje de una lejana civilización extraterrestre.
En el siguiente vídeo publicado en la red social X puede escuchar perfecta y nítidamente el sonido que genera una aurora boreal. Un inquietante, pero a la par hipnótico, canto espacial.
Tal y como demostró un estudio finlandés de 2016, el sonido que emiten las auroras boreales no solo es que sea físicamente real, sino que, además, es perceptible al oído humano. No obstante, son pocas las veces que estas pueden escucharse con claridad.
Un equipo de la Universidad de Estocolmo logró grabar el sonido de las luces nórdicas a unos 70 metros sobre la superficie, explica la revista 'National Geographic'. Sin embargo, y a pesar de que esta es prueba fehaciente de que las auroras boreales emiten sonidos reales, la mecánica física detrás de este fenómeno atmosférico sigue siendo todo un misterio a la ciencia.
Ya en el siglo XX se habló de estos sonidos de luz que bien pueden recordar a los que emite una ballena. Por aquel entonces se los definió como un "crujido, silbido o zumbido silencioso, casi imperceptible, durante las exhibiciones de auroras boreales particularmente violentas". Unos testimonios que, por no tener demostración científica, quedaron relegados al folclore y al misticismo.
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