Cambio climático
Los expertos llevan años avisando de las duras consecuencias que puede traer el cambio climático. Una de ellas serían los veranos que abarcan cinco meses y medio.
Según un estudio realizado por ocho investigadores de instituciones de Australia y China, y publicado en la revista 'Geophysical Research Letters', a finales de este siglo en las regiones comprendidas entre las latitudes medias del hemisferio norte, donde está situada España, podría haber veranos de seis meses.
Esa proyección basada en temperaturas se produciría si no se realizan esfuerzos para mitigar el cambio climático y la 'nueva normalidad' veraniega tendría impactos de largo alcance en la agricultura, la salud humana y el medio ambiente.
El estudio define el inicio del verano cuando la temperatura media empieza a situarse entre el 25% de los días más calurosos de media entre 1952 y 2011, y el final de la estación estival cuando se sale de ese umbral. Y fijaron el comienzo del invierno cuando la temperatura empieza a estar entre el 25% de las jornadas más frías y el final, cuando supera ese umbral.
La primavera se consideró como la transición del invierno al verano y el otoño, el periodo entre el verano y el invierno. Después, utilizaron modelos climáticos para predecir cómo cambiarán las estaciones en el futuro.
Los investigadores proyectaron que, si no se toman medidas para mitigar el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en 2050 los veranos podrían durar cuatro meses (del 31 de mayo al 30 de septiembre) y los inviernos tendrían menos de dos meses (del 11 de diciembre al 5 de febrero).
Esa tendencia aumentaría en 2100, cuando el verano en las latitudes medias del hemisferio norte duraría cinco meses y medio (del 6 de mayo al 19 de octubre), y el invierno se acortaría a poco más de un mes (del 18 de diciembre al 18 de enero).