Harían falta meses de precipitaciones
España arrastra una de las peores sequías que se recuerdan. A la falta de lluvias se suman unas temperaturas mucho más elevadas de lo que suele ser normal. Las precipitaciones de las últimas semanas están creando la falsa impresión de que el problema ya está resuelto, pero nada más lejos de la realidad.
Ha llovido... sí, pero no lo suficiente. "Son esporádicas, son pequeñas. Harían falta varios meses de una lluvia, vamos a decir, mediana, medio-intensa, pues para poder recuperar una normalidad en nuestras reservas de agua", afirma Julio Barea, experto en agua de Greenpeace. Un 27% menos de lo que suele ser habitual en otoño.
Harán falta meses de lluvia intensa para acabar con la sequía
"Dicho ahora mismo la sequía que estamos padeciendo es muy heterogénea. Hemos estado viendo cómo en el mes de septiembre-octubre teníamos sequía en Galicia ¡fijaros!, pero ahora mismo estamos en alerta por sequía en el área metropolitana de Barcelona y los alrededores pero también en Andalucía", añade Julio Barea.
De norte a sur, España en sequía: Galicia, Cataluña o Andalucía
Como agua de mayo. Así han sido, literalmente, recibidas las lluvias en distintas regiones los últimos días. Precipitaciones que han aliviado la situación de sequía histórica que sufre España, pero muy levemente, ya que el nivel de nuestros embalses apenas ha subido 35 décimas con respecto a la semana pasada. Las reservas de agua se mantienen, por tanto, dieciocho puntos por debajo de la media de la última década, 32,90% de esta semana que contrastan con el 50,64% de la media de la última década.
Cataluña y Andalucía que ya aplican restricciones han puesto el ojo en un sector en especial. "Nuestra agricultura ha pasado a ser una agricultura intensiva, industrial que está consumiendo más del ochenta por ciento del agua", remata el analista de Greenpeace.
La agricultura consume el 80% de los recursos hídricos
Otro grave problema que sufre nuestro país es el que sufren las aguas subterráneas: un millón y medio de pozos ilegales están detrayendo el equivalente de lo que consume una población de 118 millones de personas.