Cambio climático
El número de estos glaciares suma un área de 66.000 kilómetros cuadrados, unas 10 veces la superficie de Asturias, y representan el 10% de los glaciares de la Tierra.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura publica un informe sobre el estado de los glaciares incluidos en la lista del Patrimonio Mundial y las conclusiones son desesperanzadoras. Un tercio de estos sitios glaciares habrá desaparecido en el año 2050, sin tener en cuenta el escenario climático futuro.
Son 460 glaciares que la crisis climática borraría del mapa. En esa lista de grandes superficies heladas condenadas a desaparecer están los últimos glaciares de África, situados en las montañas Kilimanjaro, Kenia y Rwenzori-Virunga, también otros muchos de Europa y Norteamérica, como los Dolomitas, en Italia, los Pirineos-Monte Perdido, en Huesca, y los parques nacionales estadounidenses de Yellowstone y Yosemite.
El hielo de Ordesa-Monte Perdido es la mitad que hace 20 años
Según el informe de la Unesco, sólo en nuestro país el emblemático parque Nacional de Ordesa-Monte Perdido ha perdido un 45,6% de su masa total respecto a 2000.
Se calcula que cada año la masa total de los glaciares pierde de media 58.000 millones de toneladas de hielo, que es el equivalente al volumen total de agua que utilizan cada temporada Francia y España. Este alarmante deshielo causa un 5% de la elevación del nivel del mar a nivel mundial.
Además de la tremenda importancia ecológica o medioambiental también existen perniciosas consecuencias económicas y sociales. Se calcula que la mitad de la población mundial depende de los glaciares como fuente de agua para uso doméstico y agricultura, y su pérdida podría conducir a una escasez de agua dulce durante las estaciones secas. Además de que tienen una gran importancia cultural, religiosa y turística.
En sus conclusiones el estudio ofrece un hálito de esperanza. Si la temperatura global no se eleva más de 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales, el resto de la superficie glaciar de estos lugares protegidos podría salvarse. La Unesco pide la creación de un fondo internacional para vigilar y proteger los glaciares. También más apoyo a la investigación científica, y al desarrollo de medidas de alerta y reducción de riesgo ante las catástrofes naturales.
Por otra parte, un estudio publicado por 'The Royal Society' alerta de que el deshielo del Ártico podría provocar nuevas pandemias. Los investigadores argumentan que las bacterias y virus bajo el frío hielo podrían resurgir en caso de derretirse esa capa gélida.
Informan que la 'tumba' de patógenos durante millones de años "podría convertirse en terreno fértil para pandemias emergentes".