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El submarinista y fotógrafo experto en fauna marina, Sergio Hanket, ha localizado en la costa de Granadilla en el sur de Tenerife varios ejemplares de Dragón Azul (Glaucus atlanticus), también conocido como babosa marina, y que destaca por su llamativa gama de azules y plata brillantes y su forma alargada.
Pero lo que esconde este pequeño animal es que es mucho más peligroso de lo que se ve a priori, pues su veneno es letal para otras especies marinas y puede provocar importantes urticarias en los seres humanos, provocando en algunos casos la muerte por ahogamiento. Este veneno se debe a que el Dragón Azul se alimenta de medusas venenosas como la Calavera Portuguesa, la Velella y la Porpota, de las que absorbe su veneno y lo que lo hace tan peligroso.
Esta babosa marina tiene su habita en alta mar, sobre todo en el océano Atlántico o Pacífico y suele desplazarse en grupo. El Dragón Azul es una de las especies más raras que hay y es difícil verle, por lo que probablemente las altas mareas de septiembre son las hayan acercado hasta el archipiélago canario.
Por eso la recomendación, si tenemos la suerte de encontrarnos con alguno, es no tocarlos. Y si están varados en la arena, Hanket recomienda que lo recojamos con la ayuda de algún recipiente u objeto, sin tocarlos, y los traslademos a un charco aislado libre de bañistas o a algún punto en el que pueda llevárselo la marea cuando suba, ya que su hábitat natural es el mar abierto y así, que pueda seguir viviendo.