Volcán La Palma
Roberto Brasero detalla cómo las condiciones meteorológicas podrían ser un factor que contribuya a alejar la cantidad de gases nocivos producidos por el volcán de La Palma. La clave está en el movimiento de los vientos alisios.
El volcán de Cumbre Vieja en La Palma sigue avanzando imparable. Hoy el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha localizado 30 movimientos sísmicos en La Palma, cerca de 17 de ellos de magnitud superior a 3.
Mientras, los científicos continúan vigilando la calidad del aire, que sigue siendo la gran preocupación. En este sentido, el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, asegura que se mantiene dentro de los límites "saludables y respirables".
Lo cierto es que el mayor peligro se encuentra en la zona más próxima a la erupción, aunque en momentos puntuales, las emisiones de dióxido de azufre (SO2) también han aumentado por encima de la normativa en la costa de Tazacorte.
Ahora la gran pregunta es ¿puede ayudar el viento a diluir la nube de gases que se han formado? Según el experto del tiempo de Antena 3, Roberto Brasero es posible que el tiempo pueda ser un factor que contribuya a reducir la cantidad de gases nocivos "mientras los alisios sigan soplando con fuerza como hasta ahora".
Esto es así porque "lo que hacen estos vientos es impulsar estas nubes de gases muy lejos. Ahora, lo que viaja aquí es polvo del Sáhara y el dióxido de azufre que sale del volcán" y aunque afirma que no es preocupante porque llegan en muy poca cantidad, hay que tener cuidado porque a partir de mañana "el viento puede ser menos fuerte", lo que podría cambiar las condiciones meteorológicas entorno al volcán de La Palma.
¿Qué ocurre con la lava?
Brasero ha detallado que la dirección de la lava sigue el mismo camino, "tanto en las nuevas bocas que se han abierto como en las rupturas del cono, y esto es una buena noticia. Se ha ralentizado el aumento del delta lávico, pero se extiende y llegan a afectar a las plataneras".