Palabra del año
La FundéuRAE constata la popularización de un término que nació para sustituir al de gota fría. Pero esto conlleva algunos riesgos que aquí te comento.
"Dana" ha sido elegida palabra del año 2024 por la FundéuRAE. Según explicó este jueves en un comunicado la FundéuRAE, fundación promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE, este término se ha hecho muy popular tras el fuerte temporal que a últimos de octubre pasado causó graves inundaciones en el este y el sur de España, y su uso se disparó en los medios de comunicación durante este último trimestre. La elección de ‘dana’, según la FundéuRAE, se debe también a su interés lingüístico y la dudas que aún genera en su escritura entre los hablantes. Dudas que intenta disipar en ese comunicado y que después repasaremos pero antes déjame contarte un par de apreciaciones de esta elección desde mi punto de vista.
DANA es un concepto meteorológico que se lanzó desde la Agencia Estatal de Meteorología hace ya algunos años. Se trata de un acrónimo, es decir, una sigla formada por la primera letra de cada una de los vocablos que la forman y que puede leerse como una palabra, como NASA o RENFE. En este caso DANA significa Depresión Aislada en Niveles Altos y se refiere a un embolsamiento de aire frio en capas altas de la atmósfera que se ha quedado aislado de la circulación general.
Esa bolsa de aire frío –la dana- es uno de los ingredientes de las “gotas frías” junto con el viento de levante o la orografía de la zona y precisamente lo que AEMET pretendía es que se usase este concepto, el de dana, que era más técnico, más propio del ámbito propiamente meteorológico y sustituyese al “gota fría” que era un término más popular usado por los medios de comunicación para referirse a las lluvias torrenciales que causaban daños tremendos en el este de España, y que se popularizó durante los años 80 y 90 del siglo XX cuando tuvimos algunas gotas frías muy graves. Es decir, un periódico podría hablar de gota fría (al referirse a daños, víctimas o destrozos de la rieada) pero el meteorólogo en su pronóstico hablaría de DANAS. También aprovechó la agencia estatal y buscó un nombre que homenajease a un meteorólogo español de gran prestigio llamado Francisco García Dana. Los términos del acrónimo se combinaron de la manera idónea para formar el apellido de Paco García Dana a modo de recuerdo y homenaje.
Así fuimos dejando de hablar de gotas frías y empezamos a hablar de DANAS porque una dana (esa bolsa de aire frio en altura) no siempre iba a terminar produciendo una riada. Se pretendía ser más estricto meteorológicamente hablando, más ajustado al ámbito científico… y ahora puede acabar ocurriendo lo contrario: el término que vino para sustituir al de gota fría ha pasado también al ámbito social. Esto de ser elegida palabra del año así lo corrobora. Y tenemos ahora el mismo riego que se quería evitar porque vamos a creer que una dana es lo que pasó en Valencia y no es así: no todas las danas son iguales ni tienen las mismas consecuencias ni todas van a desembocar en una gota fría (se necesitan que coincidan esos otros ingredientes que antes mencionaba) ni todas tienen que causar esos destrozos tan cuantiosos y tan graves daños materiales y desgracias personales porque eso también depende de la zona donde se produzca, de las alertas que se activen a tiempo o de otros muchos factores. Una cosa es la dana y otra cosa es la riada y sus consecuencias. Y eso conviene tenerlo muy presente para no caer en el error de asustarnos cada vez que un meteorólogo hable de danas ni cuando algún medio se vea tentado a titular su noticia con la palabra dana solo porque pueda generar más pinchazos en su noticia.
No todas la danas son iguales, no todas tendrán consecuencias tan graves. Te lo cuento con un ejemplo actual: para este próximo fin de semana los mapas de niveles saltos nos indican la presencia en el suroeste peninsular de un embolsamiento de aire frío aislado de la circulación general: es decir, una dana. La consecuencia será un ambiente más nuboso en Andalucía, con posibles precipitaciones en el sur de la región, y que pueden ser más intensas en el entorno del Estrecho, donde no se descartan que lleguen a ser fuertes y acompañadas de alguna tormenta. Pero de momento no tenemos ningún aviso activado ni puede que se lleguen a activar, y si lo hacen puede que se quede solo en el amarillo y en este caso no creo que lleguen a ser naranjas ni mucho menos que lleguen al nivel rojo como los que tuvimos con la DANA del 13 de noviembre en Málaga por ejemplo. Y esta es la pista fundamental: más que en el nombre (vamos a usar dana cuando tengamos una dana en el mapa) lo que tienes que fijarte es en los avisos: se darán avisos cuando la dana pueda ser más intensa, más fuerte o pueda que generar problemas que aconsejen tomar medidas con antelación. El domingo, por ejemplo, al trasladarse la dada hacia Canarias, deberíamos estar atentos a los avisos en el archipiélago para ese día. Pero sobre todo recordad que no todas las danas son iguales ni todas provocan lluvias torrenciales ni todas las situaciones que propicien van a ser como las de Valencia el 29 O donde se juntaron otras muchas circunstancias que la volvieron excepcionalmente graves.
Por lo tanto no hay que asustarse cada vez que hablemos de danas aunque sí hay que estar atentos porque con ellas suelen llegar lluvias fuertes o tormentas pero, insisto, no tienen que ser siempre lluvias torrenciales, porque para ello tienes que tener además una alta concentración de humedad o un flujo de vientos adecuado o un relieve que propicie la descarga de la precipitación. Y una vez que ya tenemos esto claro, aclarémonos ahora con la manera de escribir este nombre.
La FundéuRAE nos recuerda por cierto que la palabra ´dana´ fue incorporada al Diccionario de la Lengua Española en su última actualización, publicada el pasado 10 de diciembre. ´Dana’ (escrita con minúsculas) es por tanto la palabra en que se ha transformado DANA, sigla de 'depresión aislada en niveles altos'. Si se usa como sigla se escribirá enteramente con mayúsculas, pero ya se puede emplear como sustantivo común lexicalizado escrito en minúsculas: ‘la dana’.
¿Y el plural? Si se opta por la sigla, el plural es ‘las DANA’, no ‘las DANAs’ ni ‘las DANAS’, y no resulta apropiada la grafía ‘Dana’, solo con mayúscula inicial, salvo que sea la primera palabra de un enunciado, según aclara la FundéuRAE.
Por último, recuerdo que ya en 2019 ´dana´ fue candidata a palabra del año tras las varias seguidas que tuvimos en septiembre en Alicante, Almería o la Región de Murcia y que golpearon en Los Alcázares por ejemplo. Pero dice la FundéuRAE que “la intensidad y la frecuencia con la que se repite este fenómeno meteorológico, la misma con la que se recoge en los medios de comunicación, ha vuelto a poner su nombre en las portadas” y sobre todo tras la tragedia sufrida en Valencia… donde por cierto no sé cómo se habrán tomado esto de la palabra del año. Lo ideal sería que, ya que la sociedad ha puesto su atención sobre la palabra, no se la quite de encima a los afectados hasta que no lleguen las ayudas prometidas y puedan recuperarse de la tragedia. Que la dana no se quede en nada.
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