Tanques de tormentas
El tanque de tormentas de Madrid es el más grande del mundo con una superficie total de 35.000 metros cuadrados.
En Arroyofresno, Madrid, se encuentra el tanque de tormentas, también conocido cono aliviadero de saneamiento, más grande del mundo. Existen 65 instalaciones hidráulicas similares ubicadas en el subsuelo de la capital, que comparten el objetivo de salvaguardar el río.
Del total, ocho se ubican en la ciudad de Madrid, que está sufriendo las condiciones climáticas adversas provocadas por la DANA, y tienen la capacidad de administrar más de 1,2 hectómetros cúbicos de agua.
Situado en el interior del Club de Campo Villa de Madrid, al noreste de la capital, este tanque, que está escondido bajo tierra, tiene una estructura de dos pisos. A su vez, cuenta con una capacidad de 400.000 metros cúbicos de agua, una superficie de 35.000 metros cuadrados y una profundidad de 22 metros.
En la zona hay una pequeña estructura de hormigón desde la cual se eleva un bunker, que tiene muros de un metro de espesor, profundidad de 27 metros, y está apuntalado con 267 pilotes. El objetivo es almacenar las aguas de lluvia más contaminadas, las primeras.
Esto evita que se produzcan inundaciones, lo cual es sumamente importante, especialmente en el caso de la capital española, ya que no cuenta con un río acorde a su tamaño. Debido a que el caudal del río Manzanares ronda de los diez a los veinte metros cúbicos de agua, Madrid tienen que valerse de una sistema de saneamiento conformado principalmente por las alcantarillas, las depuradoras y los tanques de tormentas.
Finalmente, destacar que este tanque tiene una particularidad que lo diferencia de todos los existentes: ayuda a los demás sistemas en días de exceso de agua. Cuando la depuradora está saturada, el agua sobrante recolectada por los colectores municipales se lleva al tanque de Arroyofresno a través de un colector gigante que pasa por debajo del río Manzanares y de importantes infraestructuras como la M-30.
Se trata de enormes depósitos subterráneos que almacenan estas primeras aguas de lluvia, que son las más contaminantes porque arrastran toda la suciedad acumulada en las calles y en el asfalto. Además, regulan su paso hacia las depuradoras.
Este tipo de tanques evitan que dichas depuradoras sobrepasen su caudal máximo y viertan el excedente.
El agua que se filtra mediante las alcantarillas procedente de la lluvia se almacena en estos tanques de tormentas hasta que deja de llover. Antes de llegar a ellos, el agua pasa por una serie de filtros que retienen estos elementos contaminantes como las botellas de plástico, colillas o bolsas de plástico.
Una vez quedan atrás los residuos, el agua llega mediante colectores que obstaculizan la contaminación en los ríos.
En resumen, gracias a los tanques de tormentas se evitan las inundaciones y, a su vez, las primeras aguas de lluvia, que son las más contaminantes, se retienen en el subsuelo hasta que las depuradoras van teniendo capacidad para tratarlas, evitando así que se viertan en el río sin haber sido limpiadas.