Galicia
Los negocios de O Cebreiro ven como el pueblo se llena de turistas gracias al frío y la nieve. Los fines de semana se encuentran completos, sin un hueco ni en hoteles ni en restaurantes.
En O Cebreiro, Lugo, la estampa preferida de muchos es ver el pueblo cubierto de blanco. Nieve y frío son los ingredientes perfectos para los muchos visitantes que cada invierno suben hasta este punto de las montañas lucenses para pasar el día. Gracias a ellos, los establecimientos de la zona aumentan sus ingresos.
"Lo vemos en la televisión y nos gusta mucho, si hay nieve, ¡claro!", responde Ramón, un vecino de Sanxenxo que ha terminado en O Cebreiro con la familia. "Paramos a comer y a veces traemos a amigos a que inicien aquí el Camino de Santiago", apunta. Pero cuando llega el frío y la nieve, el reclamo preferido de muchos es subir los 1.300 metros de altitud de O Cebreiro y disfrutarla. "Estamos encantadísimos!”, dice orgullosa Otilia, que le acompaña un grupo de mayores.
"Muchísima gente, es ver la nieve y vienen demasiados, tendrían que venir en turnos", nos comenta Marisol, trabajadora del Hotel O Cebreiro. "Para este fin de semana todo lleno otra vez. Aquí la comida es el cocido, un plato esencial", apunta mientras se ríe y atiende a dos familias de Sada que "solo vengo cuando hay nieve y ellos se lo pasan genial, por eso les llamamos enanos". En Artesanía Grial, Paula se encuentra a los mandos de una tienda donde "vienen los padres, los niños, hacen ocio, compran sus trineos y se quedan a comer, si hay sitio, claro".
Para ellas estos días están siendo una locura. Contabiliza más de 5.000 personas en un fin de semana, algo que había visto muy pocas veces. O Cebreiro se convierte en invierno en el lugar favorito de muchos. "Lugar místico y precioso, por aquí pasa todo el mundo", se ríe al respondernos Jorge, que viene desde Ponferrada. Montañas que durante un tiempo se cubren de blanco, paisaje imperdible para los ojos de cualquiera.