Ola de calor
PACMA reclama una normativa que regule los horarios y la temperatura a la que debe o no trabajar un coche de caballos.
Trece horas de trabajo bajo el sol con picos de 45 grados de temperatura. Esas son las condiciones a las que están sometidos algunos de los caballos que arrastran coches para turistas en Sevilla, según el Partido Animalista.
PACMA pide al Ayuntamiento de Sevilla que los coches de caballos no circulen en Sevilla en días de calor extremo y propone que se apliquen una serie de controles que eviten que esta ciudad vuelva a ser ejemplo de insensibilidad por imágenes de animales exhaustos y explotados, desfallecidos por el calor y las largas horas de trabajo.
Clara Márquez, Portavoz del Partido animalista en Sevilla señala que "una ciudad moderna no puede seguir aferrada a tradiciones del siglo XIX, especialmente cuando la conciencia social sobre el bienestar animal está en aumento. Es ilógico mantener un modelo que implique el uso de animales para el transporte, cuando existen soluciones tecnológicas viables".
Una transición gradual hacia carruajes eléctricos, con apoyo financiero del Ayuntamiento para asegurar que los cocheros no pierdan sus empleos es la propuesta que hace el Partido Animalista. "Es momento de cambiar radicalmente el modelo de transporte turístico en Sevilla. La mayoría de los vecinos y cada vez más turistas están en contra de esta práctica inhumana", concluye Márquez.
PACMA, además, advierte que en la Ordenanza Reguladora del Transporte de Viajeros en Coches de Caballos en el municipio de Sevilla no existe ninguna norma referente al horario de los mismos, por los que los cocheros son los que determinan su propia jornada laboral, y por tanto también la de sus caballos. En esta ordenanza tampoco está regulada la temperatura a la que debe o no debe trabajar un coche de caballos, lo que deja como conclusión que a criterio del propio cochero el caballo podrá trabajar a altas temperaturas, rondando los 45 grados que se registran en la ciudad de Sevilla en los meses más calurosos.
El coordinador de PACMA en Sevilla, Javier Sanabria, explicó que "en pleno siglo XXI es indecente que estos caballos sigan siendo explotados y que no exista, ni siquiera, un mínimo control sobre horas de trabajo o límites de temperatura”. “Hay caballos a los que, bajo unas condiciones de calor extremas, sólo se les ofrece agua una vez en trece horas", concluye.
Las personas que aún utilizan estos vehículos son turistas que, "probablemente, lo hagan desde la ignorancia del sufrimiento al que son sometidos estos animales" manifiesta la Portavoz de PACMA en Sevilla que asegura que son “explotados en plena ola de calor a 40 grados, durante más de 12 horas al día de lunes a domingo, en la mayoría de los casos".
Critica también que es "muy frecuente" verles resguardos a la sombra de una palmera "mientras que el caballo está a pleno sol". Sin embarga agrega sí hay una normativa que se aplica a las personas que trabajan en la calle "para suspender cualquier actividad laboral cuando haya avisos naranja o rojo por calor, pero a los caballos de los coches de caballos no".
La portavoz de PACMA señala que los caballos son animales "muy sensibles y necesitan estar permanentemente hidratados, y alimentados cada dos o tres horas, pues sufren de cólicos que pueden llegar a producirles la muerte".
Tras el informe de seguimiento realizado, el Partido Animalista espera que la sociedad y los representantes políticos se conciencien y pongan fin a un sufrimiento que consideramos "evitable e innecesario".
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