Galicia
Desde 1987 no se registraban tantas borrascas como en estas semanas pero todo llega a su fin y los gallegos disfrutarán de unos días de tregua.
Créanselo: En Galicia no va a llover este fin de semana. Parecía que no iba a llegar este momento tras más de un mes continuado de precipitaciones pero el anticiclón ha venido para frenar a las que se creyeron interminables borrascas. Desde el 13 de octubre, el anticiclón de las Azores parecía estar ausente pero ha llegado para quedarse y las bajas presiones se moverán por latitudes más altas que las gallegas.
Los memes de los gallegos no se han echo esperar y corren como la pólvora por las redes sociales: abandono de paraguas, cómicos que lloran al ver el sol, cierre de mangueras y gafas oscuras para celebrarlo.
Lo cierto es que el humor, que ha flaqueado durante los días en los que no se ha visto la luz en la esquina noroeste del mapa, ha regresado para dar la bienvenida al anticiclón después de unos registros de acumulación de agua que no se veían desde 1987. Los médicos, de hecho, se han pronunciado sobre cómo ha afectado este tren de borrascas al ánimo de los gallegos, manteniéndoles más cansados, irascibles y somnolientos.
Todo ello ha llegado a su fin, al menos por ahora. Este viernes es el primer día sin precipitaciones y esto dará paso a un fin de semana de nieblas matinales y temperaturas suaves. A partir del lunes los termómetros empezarán a descender y se registrará un frío más propio de esta época del año. Pero, lo importante, sin agua.
Durante el resto de la próxima semana el anticiclón seguirá ocupando buena parte del Atlántico norte y esto garantiza que no se registrarán lluvias abundantes, aunque sí precipitaciones aisladas en la zona norte de la comunidad a partir del martes. Atrás quedan los días de botas de agua torrencial, paraguas y chubasqueros, pero es hora de contabilizar los daños. Unos cinco ríos continúan en Galicia con especial vigilancia por su caudal elevado, y muchos ayuntamientos empiezan a hacer balance de gastos para sufragar todos los males causados por los temporales. Por ejemplo, la pasarela de la cascada de Ézaro, en A Coruña, ha quedado fuertemente dañada por las lluvias, y su alcalde estudia un nuevo presupuesto para subsanar el destrozo.