Ecosistemas
Los suelos que albergan musgos son capaces de almacenar cerca de 6.500 millones de toneladas más de carbono que cualquier suelo desnudo. Según un estudio de CSIC, los musgos del suelo proporcionan múltiples servicios ecosistémicos que se asocian con mejores nutrientes, descomposición de materia orgánica y control de patógenos vegetales en comparación con los suelos sin vegetación.
Para la investigación se han recogido muestras en 123 ecosistemas de todo el planeta, que incluyen diferentes climas como son el tropical, árido y polar. También de vegetación (por ejemplo, bosques, tundra, praderas y brezales) y usos del suelo, urbano y natural. El estudio, que ha sido publicado en la revista Nature Geoscience, demuestra la gran riqueza de estos suelos con musgo.
¿Dónde podemos encontrar musgo?
En muchos lugares de la tierra, desde los desiertos hasta los bosques boreales, pasando por las regiones árticas y antárticas. Sin embargo, en comparación con las plantas que tiene tallos, hojas y raíces, hay mucha menos información sobre el papel que juegan en la biodiversidad y el funcionamiento de nuestros suelos. “Los musgos del suelo suelen pasar desapercibidos a nuestros ojos. Este estudio constituye la primera prueba a escala mundial de que estas diminutas plantas proporcionan numerosos servicios ecosistémicos que van desde el secuestro de carbono hasta una mayor disponibilidad de nutrientes y descomposición de materia orgánica o la reducción de la presencia de patógenos de plantas”, señala Manuel Delgado Baquerizo, responsable del Laboratorio de Biodiversidad y Funcionamiento Ecosistémico (BioFunLab) del IRNAS-CSIC.
Tan grande como Canadá
Según los investigadores, los musgos cubren más de 9 millones de km2 en los lugares estudiados, una superficie similar en tamaño a la de Canadá o China. La función ecológica del musgo está relacionada con el microclima de la superficie del suelo en la que viven. Por tanto, la temperatura y la humedad influyen especialmente.
“Sin duda, estos resultados son de vital importancia para proteger un recurso natural no renovable como es el suelo, que proporciona servicios ecosistémicos fundamentales a la humanidad, tales como el secuestro de carbono o el filtrado del agua”, tal y como destaca Felipe Bastida, investigador del CEBAS-CSIC.
En la Antártida, por ejemplo, la gran cobertura de musgos del suelo hace que su contribución sea significativa a escala global, especialmente en estos ecosistemas. “En la tundra antártica los musgos son pioneros y dominan la vegetación de grandes extensiones de terreno”, indica Asunción de los Ríos, investigadora del MNCN.
Indispensables para el suelo
El estudio pone de relieve la necesidad de conservar este importante grupo de plantas para mantener la salud de nuestros suelos. “Una reducción del 15% en la cubierta de musgo, como resultado del cambio climático o de la alteración directa del suelo por la acción del ser humano, equivaldría a una pérdida de carbono similar a la cantidad emitida anualmente a la atmósfera por otros cambios en el uso del suelo”, recalca Delgado Baquerizo.