Museos
El Ministerio de Cultura ha comunicado a los museos que deben "extremar las medidas de seguridad y ser exhaustivos" para que las normas básicas de acceso y estancia en las salas de los principales museos de España se cumplan a rajatabla. Sobre todo en lo que se refiere a entrar en las instalaciones con comida o bebida, con mochilas, paraguas u otros objetos punzantes.
El Ministerio de Cultura ha envuado a los museos un comunicado tras los últimos ataques que están sufriendo obras de arte de primer orden en otros países. La mayoría son acciones de activistas que reclaman una mayor atención y dedicación a los problemas del planeta, como el cambio climático.
En los ultimas semanas se han producido numerosos ataques. Los últimos en sufrir estas agresiones fueron 'Los girasoles' de Van Gogh, al que le lanzaron sopa de tomate en la National Gallery, y un cuadro de Monet en el Museo Barberini de Potsdam.
Pero estos ataques no son nuevos. En Australia también se han vivido dos incidentes: uno con un cuadro de Picasso, y otro en verano, cuando unos activistas se pegaron a una obra de Botticelli.
Uno de los primeros se produjo contra el que es quizá uno de los cuadros más famosos del planeta: la Gioconda, la obra de Leonardo da Vinci. Nadie podía imaginar que un turista, en silla de ruedas, iba a lanzarle una tarta a 'La Gioconda'. El pastel ha chocado contra el cristal blindado que protege la obra de la Mona Lisa. Después el hombre, que llevaba peluca y una gorra, se ha levantado de la silla en la entró y ha lanzado rosas alrededor, antes de que la seguridad del Museo le obligara a abandonar la sala.
El incidente fue grabado por los muchos turistas que abarrotan la sala especial que alberga al famoso cuadro, convertido en uno de los principales reclamos del museo parisino. Aunque no ha sufrido daño alguno, la agresión no ha tardado en viralizarse y ocupar los titulares de todo el mundo. Los testigos aseguran que el agresor lanzaba proclamas a favor del planeta mientras los vigilantes del museo le expulsaban.
Este no es el primer ataque que sufre la obra de Leonardo da Vinci. En agosto de 2009, una turista rusa le lanzó una taza de té, que se rompió contra la vitrina que la protege. En 1974, mientras estaba expuesta en el Museo Nacional de Tokio, una mujer usó un espray de color rojo para atacarlo, pero no llegó a dañar el cuadro. En 1956 un hombre lanzó ácido al cuadro, dañando su parte inferior. A finales de ese mismo año, un pintor boliviano tiró una piedra contra el óleo y logró romper el cristal que lo protegía provocando un ligero daño a la obra.
Los museos ya se estaban preprando
Los museos españoles no esperaron al comunicado del Ministerio; ya había extremado la vigilancia y así lo reconocía el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, hace unos días en la presentación de la exposición de 'Artistas españoles en Nápoles a comienzo del Cinquecento' . Allí confesó que el Museo del Prado había intensificado la vigilancia tras el ataque de dos activistas al cuadro 'Los Girasoles' de Vicent Van Gogh, de la National Gallery de Londres.
Falomir se plantea si no es contraproducente hablar demasiado de estas acciones: "No es la primera acción de este tipo que se ha cometido en las últimas semanas y no sé si vale la pena mucho hablar de esto, porque en el fondo es lo que pretenden, esta publicidad".
"Hay formas bastante más inteligentes para defender nobles causas y haciendo las cosas de esta manera se consigue justo lo contrario", ha señalado Falomir. "De todas formas, creo que cuanto menos se hable de estas cosas, mejor".