Enología
Una botella de vino de Bordeaux, cosecha del año 2000 y añejada en el espacio, podría venderse por un millón de dólares en una subasta.
Esta botella de Petrus, cosecha del año 2000 ha pasado más de un año madurando en el espacio. Formaba parte de un lote de 12 botellas enviadas a la Estación Espacial Internacional en noviembre de 2019. Ha pasado el equivalente a 300 viajes a la luna, 440 días para comprobar como añeja en un ambiente controlado.
El biólogo Michael Lebert explica que necesitaban "saber cómo funciona el proceso de envejecimiento del vino, y la única forma de averiguar el papel que juegan ciertas sustancias es ir a condiciones en las que se las pueda excluir, como por ejemplo el oxígeno".
Tras una cata a ciegas, diferentes enólogos concluyen que el Petrus sigue siendo un gran vino tras su estancia en el espacio aunque se aprecian diferencias. La enóloga Jane Anson pone el foco en su color: "el vino de la Tierra está un poco más oscuro, más joven, en el que ha subido al espacio, los taninos se han ablandado dejando salir el lado más aromático y floral".
Ahora la casa Christie´s lo saca a la venta de forma privada por más de 830.000 euros, lo que le convertiría en la botella de vino más cara jamás vendida. Los ingresos obtenidos de la venta serán destinados a financiar próximas misiones espaciales centradas en la agricultura.