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Miki y Aimi han conseguido convertir su hobby preferido en un negocio cultivando hongos. Cultivan hongos de colores que decoran las mesas auustralianas. Comenzaron a cultivarlos como un hobby cuando les regalaron un kit de cultivo, pero esto rápidamente se convirtió en su pasión. Era tal su empeño que sacaron el aire acondicionado de su habitación para enfriar la habitación donde cultivaban los ejemplares.
Ahora suministran hongos exóticos en Australia. Antes del impacto de la crisis del coronavirus hacían 120 kilos a la semana. El 95% de ellos los suministraban a los restaurantes de la ciudad y una pequeña cantidad se vendía en los mercados.
Ahora con la nueva realidad que ha dejado la Covid-19 se han reinventado. Se dedican a la entrega a domicilio y enseñando a cultivar hongos en casa a particulares.