DANA
El aeropuerto ha activado el "plan de emergencia por inundaciones" tras caer "45 litros por metro cuadrado en una hora", tal y como ha informado la AEMET.
Una fuerte tromba de agua ha bloqueado por completo el aeropuerto de Palma de Mallorca, en torno a las 15 horas. AENA ha paralizado todos los vuelos previstos debido a la tormenta, que ha inundado numerosas zonas del aeropuerto imposibilitando cualquier despegue o aterrizaje. Más tarde, el aeropuerto ha vuelto a reactivar sus operaciones.
La pista del aeropuerto se encontraba totalmente inundada después de caer hasta 43,8 litros por metro cuadrado en tan solo una hora, tal y como ha informado la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología). La inundación también ha afectado a numerosas tiendas que se encuentran en el interior de la terminal. Además, varios vuelos que tenían Palma como destino han tenido que ser desviados y se espera que regresen en las próximas horas.
Tras la suspensión de despegues y aterrizajes debido a la gran tormenta, el aeropuerto de Palma ha comenzado a reactivar sus operaciones de forma gradual. Aena ha informado de que ya se han producido los primeros despegues y aterrizajes después de la enorme tromba de agua.
La aerolínea austriaca Austrian Airlines ha dado a conocer que una intensa lluvia de granizos provocó importantes daños en el morro, y en la capa externa de una de sus aeronaves. Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo, en un vuelo que partió desde Palma de Mallorca a las 15:56 horas, con destino a Viena.
La nave afectada fue un Airbus A230, y fue mientras sobrevolaba Italia cuando se vio afectado por fuertes turbulencias, tras ser alcanzado por una tormenta de granizo que no pudo ser detectada por los pilotos. "El avión se encontró con una célula de tormenta al acercarse a Viena, que según la tripulación de cabina no era visible en las condiciones meteorológicas" alegaba la aerolínea. El incidente se prolongó durante cerca de dos minutos, y el comandante tuvo que solicitar prioridad en el aterrizaje.
Finalmente, el avión logró aterrizar sin más incidentes en el aeropuerto Viena-Schwechat, con todo los pasajeros ilesos, aunque el personal de la aeronave tuvo que tranquilizarlos. De igual manera, desde la compañía han reconocido que los daños provocados por el granizo en el parabrisas redujeron considerablemente la visibilidad de los pilotos, aunque los controles principales ni los motores se vieron afectados.
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