Sequía
Desde el satélite Copernicus se puede observar cómo el Delta del Ebro ha ido cambiando a lo largo de este tiempo, y en él también se puede ver cómo el verde que hace un año había, ahora ha desaparecido.
A comparación del año pasado, las cifras de datos sobre el nivel de los pantanos son demoledores. En algunos embalses el caudal ha caído más de un 40% y esto tiene unas consecuencias. En varios puntos de España, las alertas por escasez de agua ya se han activado.
El embalse de Rialb, en Lleida, ha alcanzado su cifra más baja de sequía, situándose por debajo del 8%, y que justo hace un año superaba el 50%. "Veintitantos años que lleva, nunca había llegado al 8%. Lo mínimo que había llegado era al 20 o al 25%", cuenta uno de sus vecinos.
Desde el satélite Copernicus se puede observar cómo el Delta del Ebro ha ido cambiando a lo largo de este tiempo, y en él también se puede ver cómo el verde que hace un año había, ahora ha desaparecido.
El agua de los pantanos sigue mermando y escasea también en los ríos. Santiago de Compostela es una de las ciudades que han activado la prealerta, ya que el caudal medio del río Tambre ha bajado a 4 metros cúbicos por segundo.
Entre la falta de lluvias y que los acuíferos están cada vez más bajos, una de las soluciones que se plantean son las desaladoras. En Santa Cruz de Tenerife ya se cubre el 60% de la demanda por ellas. "Desde hace un par de años ya lo hemos aumentado a 28.800, que más o menos equivale a unas 12 piscinas olímpicas al día", explica Juan Ayala, responsable de la desaladora Emmasa Santa Cruz.
Desde hace años, Canarias ha apostado por esta solución. El agua de mar. Y ya cuentan con más de 300 desaladoras para cubrir la demanda de agua y más en verano, donde el turismo aumenta.
Lluvias para frenar la sequía
A pesar de que estas últimas semanas ha habido lluvias puntuales en algunas partes de nuestro país, parece ser que no ha bastado para que cese esta sequía que lleva sufriendo gran parte de los campos, embalses y pantanos de la península.
A mediados del mes de agosto se mira al cielo con esperanza de que la lluvia caiga en muchas de nuestras ciudades. Sin embargo, un exceso de lluvia ahora, podría provocar grandes inundaciones. Esto se debe a que la tierra se ha secado tanto que su nivel de absorción no es el mismo que el de un campo que recibe continuamente agua y está húmedo. Lo que provoca que el agua se vaya acumulando cada vez más hasta desbordarse e inundar todo aquello que le rodea.