Filomena
Filomena, una nevada que no se veía en el centro de la Península Ibérica en más de un siglo y que llegó a bloquear a la capital durante varios días.
Filomena, así se bautizó a la tormenta de magnitud histórica que heló España con temperaturas mínimas de hasta 25 grados bajo cero en algunos puntos. Fue el día más frío en 2 décadas. Desde entonces, en ciudades como Madrid, se ampliaron el número de activos ante los nuevos temporales que se puedan producir. Aquel 8 de enero de 2021 las carreteras se bloquearon por las fuertes nevadas. En las principales vías de circunvalación de la capital (la M40, M45 y M50) muchos conductores atrapados tuvieron que pasar la noche en sus vehículos. El resto de transportes, como el tren o el avión, se vieron afectados y tuvieron que ser suspendidos. Los hospitales, ya saturados por el COVID, vieron cómo era muy complicado para los propios trabajadores llegar a los centros sanitarios.
Ocho comunidades fueron sepultadas por el temporal que dejó una imagen nunca antes vista en algunas ciudades como Madrid, donde se llegaron a acumular hasta 60 centímetros de nieve en pleno centro de la capital. Por eso, muchos aprovecharon para sacar la equipación de su deporte favorito: trajes, bastones y esquís que les sirvieron para deslizarse por las principales vías de la ciudad como la calle Alcalá, Gran Vía o el Parque de el Retiro. Otros comenzaron una batalla campal que se asentó en la emblemática Puerta del Sol que dio paso a un concierto improvisado de los desconocidos asistentes. Toda una diversión que sirvió a muchos para olvidarse durante unos días de la pandemia del COVID que continuaba contagiándose fuerte entre la población.
¿Habrá una nueva Filomena?
La peor parte de Filomena la dan los datos. En la destructora borrasca perdieron la vida tres personas, 27.000 viviendas se quedaron sin luz, los equipos de emergencia atendieron 1.500 rescates, y cerca de 700 vías quedaron cortadas. Además casi la mitad del arbolado de la capital sufrió daños que tardaron muchos meses en volver a relucir como antes. Una borrasca que dejó una huella heladora que es difícil de borrar. Incluso hay aficionados a la meteorología y brujos que aseguran que otra Filomena podría visitarnos muy pronto, algo que descartan los expertos meteorólogos que califican este tipo de borrascas como acontecimientos puntuales que se pueden volver a producir cada muchas décadas.