Apicultura
Las colmenas de abejas de Estados Unidos acaban de tambalearse con de la segunda tasa de mortalidad más alta registrada. Según una encuesta anual de abejas, los apicultores perdieron casi la mitad de sus colonias. Han tenido que redoblar sus esfuerzos para mantener las que quedan a flote.
El estudio ha sido llevada a cabo por la Universidad de Maryland y la Universidad de Auburn. Entre las conclusiones se destaca que a pesar de que el 48% de las colonias se perdieron, la cantidad de colonias de abejas en los Estados Unidos "permaneció relativamente estable".
Las abejas son cruciales para el suministro de alimentos, ya que polinizan más de un centenar de los cultivos que comemos, incluidos frutos secos, verduras, bayas, cítricos y melones. Según los científicos, una combinación de parásitos, pesticidas, el hambre y el cambio climático siguen causando grandes mortandades. La pérdida de la población de abejas ha ido incrementándose cada año. En 2022 se situó en un 48 por ciento, mientras que en 2021 fue del 39.
Según los apicultores, una pérdida del 21% durante el invierno es aceptable, pero los números exceden bastante cifra.
Para mantener la población estable, los apicultores dividen y reabastecen sus colmenas, encontrando o comprando nuevas reinas. Es un proceso costoso y lento. El pronóstico no es tan malo como hace 15 años porque los apicultores han aprendido a recuperarse de grandes pérdidas.
El parásito Varroa es su principal destructor ya que ayuda a transmitir los virus. El mal tiempo y los problemas con las reinas han influido negativamente. Los pesticidas también empeoran las cosas porque hacen que las abejas sean más vulnerables a las enfermedades y menos propensas a buscar comida. Además los paisajes que tienen un solo cultivo o los paisajes homogéneos privan a las abejas de alimento.
Según el Departamento de Agricultura de EEUU, el 35 por ciento de la dieta humana proviene de plantas polinizadas por insectos y la abeja es responsable del 80 por ciento de esa polinización.